Patricia Ramírez, la madre de Gabriel, ha dado toda una lección de humanidad en la forma en la que ha gestionado una situación tan dura. Sin embargo... ¿cómo era antes de que su hijo fuese asesinado? Nosotros os traemos una parte de cómo vivía esta madre que nos ha dado una lección de humanidad y respeto. Y es que después de conocer la noticia de que Gabriel había muerto y que la autora era la pareja sentimental de su exmarido, pidió que no se difundiesen mensajes de odio, sino que todos recordásemos a Gabriel y le homenajeásemos escuchando la canción 'Girasoles' o simplemente fuésemos buenas personas.
Patricia vive en Almería y es hija de un almeriense y una sevillana que precisamente trabajaron en donde ella lo hace ahora: la Diputación de Almería. Es licenciada en Educación Física por la Universidad de Almería y posee un posgrado en salud y mayores. En la Diputación trabaja como técnico deportivo. Su padre murió hace dos años de cáncer y su madre vive a unos 500 metros de Patricia en el barrio de El Zapatillo. Luisa, así se llama su madre, también educaba a Gabriel. Ella y Patricia se turnaban para ir a recogerlo al colegio, y pasaban con él la tarde, tal y como relata El Español.
"Es una mujer de ideología progresista. Más próxima a Podemos que al PSOE", reza el reportaje de Andros Lozano. También asegura que le encanta la naturaleza, el deporte y que lleva por bandera el pacifismo. Por eso el periodista preguntó a los vecinos de Patricia si esta estaba a favor de la cadena perpetua, a lo que contestaron que no la apoyaba y que ahora "seguramente seguirá pensando lo mismo", a pesar de lo ocurrido.
Un hombre la acosaba
El primer sospechoso de la desaparición de Gabriel fue Diego F., un hombre al que Patricia conoció mientras trabajaba de speaker en las carreras populares que organizaba por los pueblos almerienses. Este hombre, víctima de una enfermedad mental, corría en algunas pruebas que Patricia organizaba. Ella solía animar a los corredores cuando alcanzaban la meta, lo que llevó a Diego a pensar que Patricia le amaba. Así que comenzó a seguirla, "a dormir debajo de la puerta de su casa, a presentarse en el puesto de trabajo o a preguntar por ella a compañeros de empleo", narra Lozano en su reportaje.
Patricia le denunció y un juez interpuso una orden de alejamiento de 200 metros. Diego llevaba una pulsera telemática y quebrantó esta orden a mediados de febrero. Cuando el 27 de febrero conocimos la noticia de la desaparición del hijo de Patricia, la Policía interrogó a Diego y registró tanto su casa como la de sus padres. No encontraron nada. Ahora cumple una condena de seis meses por saltarse lo dictaminado por el juez.
"Que no se extienda la rabia y que queden las buenas personas"
A Patricia y Ángel les han arrebatado a su hijo, pero no buscan venganza sino justicia. Por eso tras el funeral de Gabriel el pasado 13 de marzo en la Catedral de Almería. ambos dieron las gracias por el apoyo que habían recibido durante los intensos y duros 12 días que duró la búsqueda del pequeño de 8 años. Además, Patricia quiso compartir el cuento que el cantante sevillano Andy Moradiellos escribió para homenajear a Gabriel. "Sabemos que Gabriel está en algún lugar con sus peces y que la bruja mala del cuento ya no existe. Pido que no se extienda la rabia y que no se hable de esta mujer más y que queden las buenas personas", dijo Patricia dirigiéndose a los medios.