Las elecciones alemanas se aproximan, y los distintos partidos están poniendo todas sus cartas sobre la mesa con tal de ganar votos. Alianza 90, más conocido como los Verdes, es uno de los grupos que se postulan para ganar las elecciones de este año. Sin embargo, en los últimos comicios federales su cuota de voto cayó un 8,4 y las últimas encuestas lo posicionan con un bajo 9%. Por ello se han propuesto ponerse las pilas y no caer en el ostracismo político.
La última medida con la que quieren ganar popularidad ha cogido a la población de sorpresa, la portavoz de políticas del partido, Elisabeth Scharfenberg, ha declarado en la revista dominical 'Welt am Sonntag', que una de las proposiciones de su partido es ofrecer a las personas mayores con graves problemas de salud un servicio de sexo con prostitutas costeado por la seguridad social.
Así lo anunciaba la portavoz:
Me puedo imaginar una financiación (pública) de la asistencia sexual (...) Las autoridades locales podrían promocionar información sobre ofertas de este tipo en la zona, así como otorgar los fondos necesarios
Los interesados que quieran beneficiarse de esta medida deberán presentar un certificado médico, que acredite que no son capaces de obtener satisfacción sexual de otra manera. Así mismo, tendrán que justificar que no pueden costearse estos servicios de una manera privada.
La idea no es original del partido Verde, ya que está implantada en otros países como Holanda, donde a través de fondos públicos financian este tipo de asistencia proporcionada por prostitutas que posean un certificado de 'asistencia sexual'.
La propuesta ha desatado la polémica
La medida ha venido acompañada por un aluvión de críticas, tanto de la opinión pública como del propio partido. El parlamentario Verde y alcalde de la ciudad de Tübingen, Boris Palmer, ha sido bastante crítico con la propuesta de su compañera: "¿Pueden los miembros del parlamento simplemente dejar a un lado sus bien intencionadas ideas cuando pueden etiquetarnos de forma tan clara como bichos raros?".
El presidente de la Fundación Alemana para la Protección del Paciente también ha sido crítico con la medida, acusando a Scharfenberg de populismo. Además, ha declarado que "los que luchan a diario para conseguir ayudas como la silla de ruedas o la comida tienen otras preocupaciones", dejando caer que el partido debería prestar más atención a estas cuestiones: "Ahí es donde el partido puede convencer con sus sugerencias de mejora", sentenciaba.
Crisis dentro del partido
Esta no ha sido la primera medida en abrir un debate interno dentro del partido. Desde el atentado en un mercadillo navideño en Berlín el grupo ha visto dividida su opinión sobre las medidas de seguridad para la población. Mientras que el actual presidente federal de los Verdes apoya las normas de videovigilancia en espacios públicos, Anton Horfreiter, miembro destacado de la formación, opta por otro tipo de arreglos, como incrementar las competencia de los cuerpos de seguridad.
En palabras del politólogo Heinrich Oberreuter para DW: "Si alguien hubiera dicho hace un año que los Verdes pedirían más policía o videobigilancia, te habrías frotado los ojos con asombro porque es una realidad que no corresponde con el partido". Según este, lo que está experimentando el partido es una escisión entre la realpolitik y las propuestas sociales liberales, una segmentación que puede afectar a sus resultados más de lo que esperaban.
Todo quedará por ver en las próximas elecciones, que se celebrarán; como pronto, en agosto de este 2017.
