La guerra entre las distintas familias del PP por controlar el partido se recrudece. El candidato de consenso y con mayores posibilidades, el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo, está demorando demasiado la presentación de su candidatura. El líder de la Xunta podría verse obligado a permanecer en su cargo tras su reciente paternidad y, en menor grado, con el fin de no romper su promesa de permanecer hasta 2020.
La decisión de liderar Génova ha sido una de sus mayores ambiciones, aunque en horas bajas, supondría abandonar un parlamento controlado por mayoría absoluta para pasar a una previsible minoría en la oposición. Todas las encuestas prevén un fuerte descenso en el Congreso de los Diputados y liderar este resultado puede suponer un escollo en su carrera (aunque ahí tienen el ejemplo del 'superviviente' Mariano Rajoy, presidente tras pasar dos legislaturas en la oposición -a la tercera va la vencida- y terminar con las pretensiones de Aguirre).
Los movimientos dentro del PP son importantes y los aspirantes ya están mostrando sus cartas entre Cospedal y Soraya. El primero que ha roto una lanza a favor de la exvicepresidenta es Alfonso Alonso, fiel 'sorayo' y líder de una región débil pero significativa para los populares, el País Vasco. Junto a él, Soraya también cuenta con Juanma Moreno, el líder andaluz que ha perdido el gobierno ante Susana Díaz, a pesar de convertirse en el primer barón que ganó las elecciones a la Junta.
La exvicepresidenta no gusta en el partido. Su ascenso meteórico y su poca vinculación con las estructuras, permite que Cospedal cuente con un séquito de fieles escuderos. Entre ellos, José Manuel García Margallo, que en todo un halo de autodestrucción de los populares, ha prometido una guerra sin cuartel con Soraya y ha planteado su intención de presentarse a las primeras limpias sin 'dedo divino'.
Podría romper el plan inicial
Los partidos conservadores prefieren 'limpiar los trapos en casa' y no mostrar fisuras como aquel comité federal bochornoso que terminó con la vida política de Pedro Sánchez hasta que resurgió cual ave fénix.
El consenso de Feijóo hubiera permitido separar a Cospedal y la exvicepresidenta para evitar los enfrentamientos entre dos rivales eternas. El PP cuenta con la posibilidad de que Feijóo presente su candidatura única (quizás junto a otra sin relevancia mediática, al estilo de Luis Asúa frente a Cifuentes, por aquello de guardar la imagen).
Mientras tanto, Cospedal sería relegada al Ayuntamiento de Madrid y Soraya acudiría al exilio (y cementerio de elefantes) que representa el Parlamento Europeo, un final abrupto para una candidata que no resulta especialmente atractiva a el aparato.
La "candidata de la renovación"
A pesar de todos estos movimientos... ¿y si Soraya se presenta como la candidata de la renovación? Alfonso Alonso ya ha apostado por este argumento y, quizás, puede suponer un fuerte aliciente para unas bases que ahora se sienten protagonistas.
Si nos remitimos a las primarias socialistas, Pedro Sánchez contó con una posición similar a Soraya: constituirse como el mayor enemigo de la vieja guardia del partido. La fotografía de Susana, aupada por el séquito de Elena Valenciano, Soraya Rodríguez, José Luis Rodríguez Zapatero o Felipe González; celebrando su derrota en una especie de plató con todo lujo de detalles, se produjo mientras que Pedro se alzaba con la victoria en una modesta sala y con la compañía de personas con tradicional irrelevancia.
Este es el principal contexto político: la rebelión contra la 'vieja política' contra el establishment, contra los aparatos. ¿Y si el PP viviera una situación similar? Feijóo se convertiría en una suerte de Susana. Cospedal -a quien algunos dan por amortizada- sería la principal desterrada y Fátima Báñez ocuparía su puesto como secretaria general.
María San Gil, representantes del sector católico, barones...
¿Qué sucederá a partir de ahora? Algunos miembros del partido apuestan por una coalición entre Cospedal y Feijóo con el enlace del histórico Javier Arenas. Todo queda a la espera del desarrollo de los acontecimientos, aunque el PP espera que no haya múltiples candidaturas
En algunas quinielas se ha especulado con la posibilidad de que el sector católico presente al diputado José Ramón Hernández. Por otro lado, Teodoro García podría concurrir como representante del sector de los llamados 'jóvenes'.
A ellos, se suman los miltantes críticos de Madrid, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. Tras una reunión en Tarancón, apostaron por impulsar una candidatura de las bases representada por María San Gil. Bastante improbable tras varios años alejada de la política.
El PP vive una regeneración completa y, en algunos sectores, no se descarta abandonar Génova o cambiar de siglas. Tiempo al tiempo.