Una de las situaciónes que más se dan entre políticos es el afán que tiene de echarse la culpa de las malas gestiones unos a otros sin mirarse, por supuesto, su propio ombligo. Y sobre todo, sin buscar la solución. Prefieren echarse los trapos sucios a centrar su trabajo en coseguir soluciones y cumplir las promesas que hicieron a la sociedad en su momento.
En este caso, la portavoz del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, ha asegurado que la falta de médicos que hay en toda la comunidad autónoma es por culpa de cómo "Page está llevando la sanidad pública". Es decir, un ejemplo claro de acusaciones entre políticos. Para Riolobos, es una situación "insostenible", porque es "la comunidad autónoma de toda España con la tasa más baja de médicos por cada 100.000 habitantes".
Hasta aquí puede que todo sea correcto. Datos verídicos y argumentaciones exactas basadas en el Estudio de Demografía Médica de 2017 que cada año elabora el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Sin embargo, lo que aquí llama la atención es que el déficit de médicos se produjo cuando gobernó María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha. Es decir, que sus denuncias deberían ir dirigidas hacia su propio partido, ya que fueron despedidos alrededor de 2.800 profesionales sanitarios, entre médicos y enfermeros.
Sin embargo, Riolobos no fue la única en denunciar la situación. Carlos Velázquez, alcalde de Seseña, afirmó que "en Castilla-La Mancha solo hay 395 médicos por cada 100.000 habitantes, muy lejos de los 611 médicos con los que cuenta Navarra, o los 476 médicos que suponen la media nacional e, incluso, de los 420 con los que cuenta la segunda peor, que es Andalucía".
Los datos según CCOO
A su vez, el sindicato de Comisiones Obreras realizó un estudio en el que se recogían los datos de los profesionales que habían sido despedidos entre 2011 y 2015, dándose a conocer finalmente el 23 de septiembre de 2015. La responsable de Sanidad de CCOO en Castilla-La Mancha, Chelo Cuadra, presentó ese mismo día el informe en Toledo sobre la evolución de los presupuestos y los indicadores sanitarios durante la legislatura de Cospedal.
Los datos proporcionados confirmaban que la comunidad manchega se situaba a la cabeza de los recortes en la sanidad pública. Y lo que destacaba, aparte de la pérdida de puestos de trabajo, fue también la disminución del presupuesto sanitario y el cierre de camas hospitalarias.
Finalmente, el informe también recogía la opinión que tenían los castellano-manchegos ante la situación de su sanidad. Entre 2009 y 2012 los ciudadanos valoraban muy alta la atención sanitaria que recibían, en torno al 6,8%. Pero fue a partir de 2013, cuando las opiniones positivas bajaron en gran medida, al 6,15% ese año y al 6,07% el siguiente; quedando muy por debajo de las medias estatales (el 6,41% y el 6,31% respectivamente).
Igualmente brusco y negativo fue el cambio de opinión en la valoración de los servicios asistenciales (atención primaria y atención especializada), hospitalización y urgencias, y aún peor en lo que respecta a listas de espera.
