Gabriel, el padre de los niños de Godella, asesinados presuntamente por su madre María Gombau, ha declarado ante la justicia durante la investigación del caso: "Ni María ni yo tomamos la decisión de acabar con su vida y no lo hicimos conjuntamente como forma de reencarnación", ha asegurado ante el juez, según la declaración a la que ha tenido acceso el programa 'Espejo Público'.
El acusado se encuentra actualmente encarcelado acusado de los mismos delitos por los que se ha procesado a la madre de los pequeños. El hombre asegura que, cuando preguntó a su pareja por el paradero de los pequeños, le dijo "que estaban en paz, que estaban con Dios, que los había llevado a un lugar seguro".
En su declaración, el acusado asegura que insistió y, entonces, "me llevó primero hasta un arbusto, pero los niños no estaban allí. Y luego hasta el cementerio del Rocafort. Allí me dijo que teníamos que hacer el amor antes de que saliera el sol y se pusiera la Luna. Yo entré en shock. Estaba amaneciendo, así que opté por tranquilizarla y regresar a casa", ha asegurado.
El padre también ha señalado que "en ningún momento" hizo "nada físico al niño para limpiar los espíritus". Y niega que se haya registrado ningún caso de violencia de género en la pareja: "Jamás le he ocasionado malos tratos físicos a María, pero ella sí me ha maltratado a mí".
María Gombau padecía en el momento del asesinato, a todas luces, un cuadro psicótico, lo que la convertiría en inimputable y, por lo tanto, no podría cumplir pena judicial por estos hechos. El precedente más conocido es el de la doctora Noelia Mingo, que asesinó a tres personas en un hospital y finalmente fue condenada a seguir un tratamiento psiquiátrico. Cabe recordar que la madre advirtió durante semanas a los servicios sociales sin recibir respuesta, por lo que la vía judicial se podría adoptar en este sentido.
De hecho, la acusada preguntó por sus hijos al poco de ser detenida, tras haber confesado que los mató "porque se lo había pedido Dios [...] Quitarles a Ichel y a Amiel la vida era la única forma de salvar sus almas y salvarme yo misma".
Así ha sido la declaración de Gabriel ante el juez
Reproducimos a continuación el texto íntegro con la declaración del padre de los niños al completo:
"La noche del 13 de marzo me quedé dormido pronto, sobre las 10 o las 11. Cuando me desperté por la mañana, María estaba tirada encima de mí para hacer el amor, pero yo me negué.
Ella estaba desnuda, fría, alterada y con el pelo húmedo. Me levanté y fui a la sala, que estaba muy vacía. Le pregunté a María por los niños y ella me dijo que estaban en paz, que "están con Dios", que los había llevado a un lugar seguro.
Me llevó primero hasta un arbusto, pero los niños no estaban allí. Y luego hasta el cementerio del Rocafort. Allí me dijo que teníamos que hacer el amor antes de que saliera el sol y se pusiera la Luna. Yo entré en shock. Estaba amaneciendo, así que opté por tranquilizarla y regresar a casa.
Yo no llegué a llamar a la Policía. No fui a pedir inmediatamente auxilio porque estaba en 'shock'. Cuando llegó la patrulla, me decían cosas que yo no llegaba a entender. No recuerdo haberles dicho que a mis hijos se los había llevado una secta, ni que no hubiera que preocuparse porque ya estaban muertos. Creo que les dije que mi mujer les había matado.
Cuando me preguntan dónde están, les digo que no lo sé y les indico varias zonas: una de almendros, otra de olivos... También les indiqué un garrofero hueco de las inmediaciones, que fue donde finalmente encontraron el cuerpo de mi hijo, pero yo no lo sabía.
Ni María ni yo tomamos la decisión de acabar con su vida, y no lo hicimos conjuntamente como forma de reencarnación. En ningún momento le hice nada físico al niño para limpiar los espíritus y jamás le he ocasionado malos tratos físicos a María, pero ella sí me ha maltratado a mí".