La Unión Europea, por fin, se ha plantado en contra de la LGTBIfobia de Hungría después de varios años en los que el Gobierno del ultraconservador Viktor Orbán ha ido recortando derechos al colectivo prohibiendo el matrimonio y la adopción entre parejas del mismo sexo a través de reformas constitucionales o dejando de reconocer a las personas trans. No ha sido hasta la reciente aprobación de una nueva ley homófoba que prohibe en el país hablar de diversidad a los menores de edad equiparando la homosexualidad con la pedofilia cuando el Parlamento Europeo ha decidido tomar medidas. Quizás tendría que haberlo hecho antes,
En cualquier caso, el Parlamento Europeo ha reclamado que Bruselas no apruebe el acceso de Hungría a los planes de recuperación pospandemia, de los que les corresponden en torno a 7.000 millones de euros, hasta que se constate que el presupuesto de la Unión no vaya a "contribuir activamente a la violación de los derechos fundamentales en Hungría".
En la resolución, que ha salido adelante con 459 votos a favor, 147 en contra y 58 abstenciones, la Eurocámara reclama también a la Comisión Europea que emprenda acciones legales "inmediatas" respecto a la polémica ley que vincula la homosexualidad con la pedofilia y prohíbe hablar de la identidad sexual en escuelas y medios de comunicación.
Los grandes grupos han secundado la iniciativa, pactada por cinco grupos de la Cámara (socialistas, populares, liberales, verdes e izquierda), pero dentro del Partido Popular Europeo destaca la abstención de 12 de los 13 eurodiputados españoles del PP, incluida la jefa de la delegación, Dolors Montserrat. De ls populares españoles, solo Esteban González Pons, vicepresidente del grupo popular europeo, ha votado a favor.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya advirtió que Bruselas emplearía todos los medios de los que dispone ante este nuevo desafío de Budapest a los principios del Estado de derecho comunitarios.
Viktor Orban mantiene el desafío
Viktor Orbán, primer ministro húngaro, ha decidido mantener el pulso y se ha pronunciado el mismo día en el que tenía lugar la votación en el Parlamento Europeo y entraba en vigor su homófoba ley. "El Parlamento Europeo y la Comisión Europea quieren que dejemos que los activistas LGTBI y sus organizaciones entren en las guarderías y en las escuelas", ha lanzado desde sus redes sociales.
Así, ha insistido acusando a las instituciones comunitarias de invadir una competencia nacional como es la educación: "Los burócratas de Bruselas no tienen nada que decir en este tema, no dejaremos que los activistas LGTBI estén entre nuestros niños".
