"Caga el rey, caga el Papa, y del cagar nadie se escapa". Probablemente esta sea la verdad universal por antonomasia y es que del tránsito intestinal nadie se libra. Por mucho que nos cueste creerlo, hasta las princesas Disney tienen la necesidad de ir al baño, aunque suponemos que en los casos de Blancanieves y Aurora tuvieron que ser sondadas durante su largo periodo de letargo.
Para muchos, hablar de temas escatológico es lo más normal del mundo, pero para otros supone todo un apuro que les provoca extreñimiento en este tipo de conversaciones. Algunas personas son demasiado reservadas, sin embargo, cuando vives en pareja, se hace inevitable no toparse con este tipo de situaciones.
Las conversaciones sobre caca deben naturalizarse y puede tratarse de un diálogo hasta divertido. En una relación, hablar del tránsito intestinal demuestra confianza tal y como explica Thrillist. La rutina del cuarto de baño es inevitable, por lo que la mejor manera de eliminar la incomodidad es hablarlo, especialmente por cuestiones relacionadas con el olor o el tiempo. En resumen: hay que hablar de cómo cagáis.
Depende de cada pareja la cantidad de datos que se esté dispuesta a aportar ya que tampoco es necesario estudiar la consistencia, el color o el olor de las heces, basta con hablar sobre cuándo suele pasar y cómo manejar la situación.
¿Por qué hay que hablar de caca?
En toda relación hay momentos incómodos, pero sentirse incómodo cada vez que se sale del baño es algo que puede afectar a la relación y hacer de la inevitable charla sobre la caca algo doloroso y chirriante. Hablar abiertamente sobre estos temas elimina barreras y garantiza un nivel de confianza que alcanzarás con pocas personas más en tu vida. Dar este paso así es casi el previo al compromiso matrimonial. Si te quiere hasta cuando cagas, es para toda la vida. Además, sentir vergüenza por una de las cosas más naturales del mundo es ridículo. Con lo malo que es aguantárselo.
Si bien el tema de la caca no es el más agradable del mundo (y el de la diarrea ya ni te cuento), mejor plantearlo de una manera divetida. Estar al borde de una explosión rectal de emergencia es el momento más fácil para deslizar graciosamente el acto de defecación en la conversación. "Yo te quiero, pero es posible que lo que vas a oír y oler dentro de diez minutos te cambie la vida para siempre.
Te quitarás un peso de encima
Y nunca mejor dicho. Una vez superada esta barrera, será como quitarse un peso de encima, precisamente como cuando cagas. Ya se sabe que "cuando haces pop, ya no hay stop". Si lo que más te preocupa es el olor, abre todas las ventanas, compra un buen ambientador y, sobre todo, tira rápido de la cadena.
El tabú dejará de serlo en la primera conversación. Una pareja verdaderamente exitosa debe ser capaz de hablar de cualquier cosa, independientemente de su naturaleza. La conversación de la caca es un catalizador muy importante que abre un nuevo mundo entero a los demás y catapulta a las parejas a un lugar de absoluta seguridad, confianza e intimidad que la mayoría de la gente sólo tiene con sus mejores amigos o hermanos. Así que ya sabes, ¡a hablar de mierda!