Otro suceso desolador en EEUU. En Pensilvania, una madre y su novio han sido detenidos por el asesinato del hijo de esta, de tan solo 4 años, por derramar su desayuno.
Cuando el niño lo admitió, la pareja comenzó a darle golpes en la cabeza de forma violenta y repetida. Tras esto, le desnudaron y azotaron con una sandalia. En un momento, el pequeño se orinó encima y dejó de responder a los golpes. Entonces, el hombre se lo llevó a la ducha, donde intercaló agua ardiendo y congelada. Pero ya no volvió a reaccionar.
La pareja llamó a una ambulancia y se inventó una historia para explicar por qué su hijo estaba inconsciente. La policía entró minutos después a la casa, que estaba llena de cucarachas y con un aspecto deplorable, y detuvo a los autores del crimen.
No era la primera vez que el niño sufría violencia
El fiscal del distrito de Montgomery (Pensilvania), Kevin Steele, confirmó horas más tarde que el niño fue "duramente castigado y golpeado, y entonces quemado en la ducha".
El forense, por su parte, dictaminó que la víctima había sufrido palizas previas, lo que le había provocado heridas todavía sin subsanar, entre ellas varias costillas rotas. "Desgraciadamente, parece que el niño no era la primera vez que pasaba por esto", reveló el fiscal, visiblemente afectado por la crudeza del caso. "Es el momento de defender a un niño que ya no puede hacerlo por sí mismo".
Es el segundo caso de maltrato infantil en EEUU en apenas unos días, tras el de los Turpin. La madre, de 19 años y embarazada de 8 meses, y su pareja, de 26 años, están detenidos bajo una fianza de 500.000 dólares (405.000 euros). La audiencia preliminar tendrá lugar el 31 de enero.