Cada día nos despertamos con una noticia que nos estremece como seres humanos. No, esta vez no se trata de las idas y venidas de Puigdemont. Este caso llega desde el país faro de las libertades, de Estados Unidos, y es aún mucho más grave. Una pareja ha sido detenida en el Estado de Iowa tras ser acusada de homicidio por dejar morir de hambre, literalmente, a su bebé de tan solo cuatro meses de vida.
El cuerpo del menor fallecido fue hallado el pasado 30 de agosto y, aunque uno de los acusados aseguraba que le había alimentado unas horas antes de llegar los servicios de emergencia, la verdad es que los forenses han determinado que llevaba durante más de una semana totalmente abandonado. Tal es así que su cuerpo apareció llenó de gusanos alrededor de la ropa.
Posible cadena perpetua
Zachary Paul Koehn de 28 años y Cheyanne Renae Harris de 20 años son los nombres de las dos personas que cometieron tal atrocidad contra su bebé. Paul Koehn llamó a una ambulancia tras el fallecimiento del pequeño. Renae Harris aseguró a los servicios de atención médica que lo había alimentado, nada más lejos de la realidad.
Según informa Chicago Tribune, el médico forense que analizó el cuerpo sin vida del fallecido determinaba tras su estudio que se había producido una falta de atención médica. Y es que no solo no fue alimentado durante varios días, sino que el recién nacido había estado durante el mismo tiempo con los mismos pañales llenos de heces y orina. Asimismo, permaneció en un columpio eléctrico dentro de una habitación, sin ninguna atención vital por parte de sus progenitores.
Cuando los agentes de la Oficina del Sheriff del condado de Chickasaw acudieron al domicilio de la pareja, se encontraron con una estampa propia de cualquier película americana de psicópatas: el menor yacía lleno de gusanos tanto en su piel como en su ropa y apenas pesaba tres kilos, evidenciando así los argumentos contradictorios por parte de los detenidos.
Tanto Paul Koehn como Renae Harris se enfrentan a una posible cadena perpetua por los delitos cometidos. El tribunal encargado de llevar este caso ha descrito en un documento que los hechos "van más allá del descuido y muestran circunstancias que manifiestan una indiferencia extrema hacia la vida humana". Un atestado demoledor para unos padres que dicen haber alimentado al pequeño momentos antes de llegar la ambulancia.
El padre declaró que falleció después de la llamada a la ambulancia. Sin embargo, el derrumbe emocional le llevó a confesar que llevaban más de un día sin atender las necesidades básicas del bebé y que, por ello, desconocían cuándo había muerto. Ambos se encuentran en la cárcel bajo fianza de 100.000 dólares a la espera de la audiencia preliminar el próximo 2 de noviembre.
Otro caso polémico
No es la primera vez que un bebé sufre las consecuencias de haber tenido unos padres insensatos e inhumanos. El pasado mes de septiembre, un bebé moría tras sufrir un estado de hiperbilirrubinemia. Los progenitores aseguraban que "Dios no cometía erorres" y, por eso, no le dieron atención médica. Cancelaron todas las citas de revisión previstas. Ambos se enfrentaban hasta a 15 años de cárcel acusados de un homicidio involuntario.