Gregson Kirby tiene 27 años y Liberty Avery tiene 22. Juntos, se han pasado los últimos cinco años vistiendo ropa de la época de la Segunda Guerra Mundial. Son originarios de Bungay, Norfolk y viven anclados a la moda de los años 50, hasta el punto de dejarse miles de euros en conseguir las prendas perfectas.
La pareja lleva a diario atuendos de época que están compuestos de prendas que van desde los trajes y corbatas adornados hasta cinturas ceñidas por corsés y faldas con mucho volumen. Su estilo ha atraído todas las miradas y elogios.
No han vivido la época de los 50 y probablemente, por lo jóvenes que son, sus padres tampoco. A pesar de ello, algo les ancla a la moda que se estilaba durante la Segunda Guerra Mundial. "La estética de los años 50-60 nos parece muy elegante y con mucha clase. Nos apasionan las películas de época y pensamos ¿Por qué no vestir cómo ellos?", explica la joven británica cuando es preguntada por la razón de su vestimenta.
La época de los 50, durante la Guerra, fue una temporada muy dura para muchas familias, que perdieron conocidos y amigos, y el Reino Unido no fue menos. Es por ello que siempre aclaran que la ropa es para ellos tan solo una forma más de diversión: "No obstante, aunque sigamos la moda de aquella época, no compartimos la mayoría de los valores que se seguían en esos años".
Más de 10.000 euros en los atuendos
Hoy en día y cada vez más se popularizan en plataformas como Netflix o Prime Video series de época como 'Downton Abbey', que va a sacar película en cines dentro de poco; o 'Peaky Blinders', ambas ambientadas en Reino Unido. Estas, entre muchas otras, son las que motivan a esta peculiar pareja.
Tienen predilección por la moda del siglo XX, principalmente por la "elegancia que desprende". Están tan comprometidos con sus vestimentas y con aparentar ser de la época que se han gastado más de 10.000 euros en todo tipo de prendas.
Al ser tan jóvenes, es notable que el estilo que tienen lo mantienen como algo de diversión, aunque no todas las parejas de edades tan tempranas tienen el sustento económico necesario como para poder gastarse 10.000 euros en un tipo de diversión basado en un estilo de ropa.