Cualquiera que haya salido de fiesta por Londres sabrá que es fácil encontrarse cualquier cosa y cualquier tipo de persona en sus clubes y discotecas. Incluso a una entrañable pareja de ancianos de 70 años tomando té y quemando la pista de baile con la música tecno de Fabric, una de las discotecas más míticas de la capital británica.
Jacob Husley, conocido como DJ Hansen, no daba crédito a lo que veían sus ojos cuando el pasado fin de semana se encontró a estos ancianos fiesteros bajando lentamente las escaleras del club. En un principio pensó que se habían perdido, pero nada más lejos de la realidad, pues aguantaron de fiesta hasta las 5 de la mañana. Tampoco estaban allí porque fueran familia de algún trabajador del local: lo cierto es que la pareja procedía de Varsovia y estaban visitando a su hija. Acostumbrados a salir de fiesta también por Polonia, decidieron comprar las entradas por Internet para la discoteca cuando vieron un anuncio en Facebook (que, ya sabemos, sabe segmentar muy bien a su audiencia).
Husley fue ayudado por un compañero que hizo de intérprete y, tras preguntar a otras personas de la discoteca, descubrió que los ancianos habían sido de los primeros en llegar de la noche, bien arreglados y con sus entradas compradas, a las 10 de la noche. Se tomaron un chupito de tequila para ponerse a tono e, inmediatamente después, se pasaron al típico té inglés, que fue la bebida que les acompañó el resto de la fiesta. Mezcla máxima.
Al DJ le pareció tan maravilloso que la pareja mantuviese su espíritu juvenil que quiso hacerlos sentir lo más cómodos posibles. Así pues, les condujo a la zona VIP de la planta de arriba y les dijo que podían beber gratis todo lo que quisieran, así que tuvieron barra libre de té "porque era lo único que querían tomar", cuenta a Evening Standard. Incluso les ofreció un taxi gratuito para volver a casa, ya que le dijeron que pensaban coger el metro a las 6 de la mañana.
Husley los había dejado bailando agarrados de la mano en un palco cuando, de repente, se dio cuenta de que habían desaparecido. La pareja se encontraba bailando entre la multitud la música tecno que sonaba. "Querían unirse a la fiesta, no les interesaba la planta de arriba", e incluso narra cómo bailaron con el resto de la gente joven las canciones que sonaban, tal y como se puede ver en diferentes fotografías. "Estaban muy contentos, les encantaba la multitud", explica el DJ, aunque en su Facebook explica que ella iba con bastón y no pudo bailar tanto como le habría gustado.
DJ Hansen detalla que es la primera vez que ve a una entrañable pareja de ancianos fiesteros en la discoteca en los diez años que lleva trabajando, y que se lo pasaron en grande. "Mi padre tiene 83 años y vino una vez a verme pinchar en Fabric, pero se marchó a la 1:30", recuerda. Sin duda, estos polacos son el vivo ejemplo de que la edad, al fin y al cabo, tan solo es un número.