Mucha incertidumbre, horror y deseperación. Sant Adrià de Besòs (Barcelona) vive un auténtico caos después de que varias unidades terrestres y acuáticas de los Mossos d'Esquadra y el cuerpo de Bomberos de Barcelona, junto a dos patrullas caninas y un helicoptero de Salvamento Marítimo busquen el cuerpo sin vida de un bebé recién nacido, que su propio padre habría arrojado al río Besòs el pasado martes 24 de septiembre.
Todo ocurrió bajo un halo de misterio que aún está por esclarecerse. Con el paso de las horas se han podido conocer más detalles acerca de lo ocurrido, aunque lo único que se conoce sobre cómo el niño con "unas semanas" de vida llegó a ser arrojado al río, a 800 metros de su desembocadura, es que sus padres nunca revelaron estar embarazados y se deshicieron de él tras dar a luz en secreto.
No tenía "unas semanas" de vida, sino apenas tan solo un día. La pareja, ambos adolescentes de 16 años, habrían dado a luz en la habitación de un hostal ubicado en la carretera de Collblanc de l'Hospitalet, que reservaron para la noche del lunes, a la que entraron sin bebé, según explica su dueño a La Sexta. El responsable del negocio asegura que no encontró sangre en la habitación y que "solo se escucharon unos lloros durante unos minutos", sin embargo les vio entrar y salir varias veces. Posteriormente, también encontró un pequeño vómito, al que no dio mayor importancia.
Ninguna de sus familias sabía nada, por lo que se intuye que escondieron el secreto durante el tiempo que duró el embarazo de la menor, que en un principio se pensó que tenía 13 años de edad. Sin embargo, ya se ha confirmado que la edad real de ambos no supera los 16 años. El juez de guardia de Menores, siguiendo la petición de la Fiscalía, ordenó el ingreso en prisión del joven, que confesó su fatídica acción ante los Mossos tras ser interrogado, después de que varios vecinos les alertaran de haber visto a un individuo tratando de enterrar el cuerpo de un bebé en las inmediaciones del río.
Los testigos se percataron de lo ocurrido
El chico, de origen sudamericano, se percató de las miradas de los testigos que decidieron llamar a la policía tras verle intentando cabar una zanja. Sin embargo, el miedo se apoderó de él y decidió arrojar el cuerpo de su neonato al río. Posteriormente, la zona en cuestión fue rastreada por varias unidades y testigos, que encontraron una maleta y una camiseta manchada de sangre, por lo que finalmente se decretó la alerta que daría comienzo a la investigación y la búsqueda del pequeño.
La llamada de un testigo a las 18:50 de la tarde puso sobre aviso a las autoridades policiales, que a su vez recibieron otra llamada, la del padre del menor asegurando que su hijo había desaparecido. Posteriormente, volvió a llamar y afirmó que ya había aparecido, pero que había sido amenazado de muerte. Esta llamada, junto al dato de que ambos hechos habían ocurrido en el mismo lugar, permitió a los Mossos relacionar las dos historias.
Tras lanzar a su bebé al agua, el joven llegó a un bar completamente mojado, con una toalla al cuello. A sangre fría, pidió que le llamaran a un taxi, con cierto nerviosismo e inquietud. También alegó no tener batería en su móvil, por lo que el dueño del establecimiento se dispuso a cargárselo, a la par que tomaba algo y charlaba, ya más tranquilo, con el resto de clientes. Según uno de los camareros, también tuvo tiempo de hacer varias llamadas. Poco después, sus padres fueron a recogerlo y le invitaron a confesar lo ocurrido en comisaría. Ambos fueron para allá, contó su historia, aunque de primeras intentó mentir y alegó que había sido víctima de un robo violento, en el que le habían quitado una maleta. Finalmente, ante la presión policial, no tuvo más remedio que confesar y explicó que era un niño "no deseado".
Poco después, se ponía en marcha un amplio dispositivo para encontrar el cuerpo del pequeño, que sigue en paradero desconocido. Su búsqueda se ha ampliado al mar, por si la corriente lo pudiera haber arrastrado hasta allí. Los Bomberos de la Generalitat, los Mossos d'Esquadra, la Policía Local y Salvamento Marítimo reanudan cada mañana la operación de rescate, que cada noche ha de ser suspendida debido a la nula visibilidad en la zona que dificulta la búsqueda. De la madre no hay rastro, por el momento no ha trascendido ningún dato adicional que pudiera condicionar la investigación de los hechos, mas que fue trasladada a un hospital para recibir atención sanitaria.