Hay un eterno debate que gira en torno a las cárceles españolas. Los más drásticos aseguran que se está mejor dentro que fuera (sin haber visitado una ni a 5 kilómetros). El caso es que las críticas a las prisiones de España siempre están al orden del día. Sin embargo, lo que sí parece realmente un hotel, o al menos a simple vista, es esta cárcel situada fuera de España. Hablamos de la nueva prisión que se estrenará en 2019 en Groenlandia. Parece un lujoso hotel de montaña, en un resort de esquí, pero nada más lejos de la realidad. Es una prisión. Se llama Ny Anstalt y está siendo construida en Nuuk, capital de Groenlandia.
Se trata de una cárcel de máxima seguridad, con el término "humanidad" como inspiración. Su filosofía es que la prisión imite las condiciones de una vida normal en la medida de lo posible, favoreciendo así que los presos se reintegren en la sociedad y no vuelvan a delinquir cuando salgan, tal y como informa la CNN. El director del proyecto, Jette Birkeskov Mogenson, y el arquitecto jefe, Thomas Ruus Christensen, han ganado un premio por el proyecto.
Ventanas sin barrotes
Tendrá 76 celdas, de las que 40 serán de máxima seguridad. Los presos que ocupen las otras 36 disfrutarán de condiciones de semi libertad y podrán salir a la localidad de Nuuk para trabajar, tendrán un sueldo a final de mes y tedrán que regresar a dormir. Las celdas son pequeñas (12 metros cuadrados), ninguna de estas estancias tiene barrotes en las ventanas y los presos podrán disfrutarán de vistas a los montes nevados de Nuuk. "No puedes escapar de la cárcel porque está rodeada de un muro, pero puedes apreciar las vistas y escapar en tu mente, y eso es importante", dice Christensen.
Groenlandia tiene seis prisiones, con una capacidad para un total de 154 reclusos. A pesar de ello, no hay espacio para aquellos que necesitan estar más vigilados, sobre todo por los crímenes que han cometido y a los que se les considera "peligrosos". Aunque los países nórdicos de su alrededor tienen tasas bajas de criminalidad, Groenlandia tiene una proporción de ciudadanos enviados a prisión tres veces mayor que países como Noruega o Suecia, algo que ha obligado al país a enviar a este tipo de reclusos a una prisión situada a las afueras de Copenhague. Asimismo, la prisión cuenta con áreas comunes para que los reclusos compartan tiempo y espacio, como una cocina, un centro deportivo, una biblioteca y una iglesia.
