Los vecinos y próximos turistas que tengan planeado visitar Hawai están avisados. El departamento de salud de la isla ha advertido de manera oficial sobre la presencia de un gusano parasitario que puede llegar a vivir en los cerebros de los humanos. Y es una advertencia a tener muy en cuenta, ya que en lo que llevamos de año se han dado cinco casos de turistas que han sido infectados.
Este parásito es un tipo de gusano pulmonar que lleva el nombre científico de Angiostrongylus cantonensis, y su origen se produce en una infección en los pulmones, la sangre y los cerebros de las ratas. Estas mismas ratas defecan después las larvas de gusanos que se propagan a otras criaturas como caracoles y babosas. Y es en este punto cuando aparece el riesgo de contagio a los humanos, si estos deciden comer caracoles o algún producto que este animal haya infectado.
Una vez en el cuerpo, el parásito se dirigen al cerebro humano, y su presencia aquí puede provocar meningitis. Los síntomas que puede sentir una persona infectada son temblores, dolor e inflamación, y en los casos más extremos, la infección puede derivar en parálisis, el coma e incluso la muerte.
La mayor prevención: la higiene
Para los residentes en Hawai este peligro no supone una novedad, ya que desde hace años las autoridades han advertido a la población sobre los peligros que puede acarrera tocar caracoles y babosas con las manos. De hecho, según explica Cribeo, los expertos explican que la llegada de este parásito a las islas podría deberse el cambio climático.
El problema se acrecenta porque a día de hoy todavía no existe un tratamiento para poder combatir la infección por uno de estos parásitos, y de hecho, resulta muy complicado de diagnosticar. En la mayoría de los casos los médicos dejan que los pacientes controlen sus síntomas hasta conseguir que estos gusanos terminen muriendo.
Por estos motivos, los especialistas destacan que la mejor medida para combatir la infección es la prevención. En esta ocasión, desde Hawai recomiendan a los visitantes que laven cuidadosamente todo aquello que compren y que toquen, especialmente en el caso de los agricultores, a los que les recomiendan que controlen con minuciosidad la población de caracoles y babosas.