El Papa Francisco ha revelado su intención de viajar a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, con el objetivo de pedirle que detenga la guerra en Ucrania, pero asegura no haber recibido ningún tipo de respuesta.
Así lo ha confesado en una entrevista con el diario Il Corriere della Sera, donde sí ha explicado sus contactos con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con quien ha mantenido una relación más fluida durante el transcurso de la invasión.
El también ha revelado su reciente encuentro con el presidente húngaro, Victor Orban, uno de los mandatarios europeos más cercanos al Kremlin, que le aseguró que los rusos "tienen un plan y que el 9 de mayo todo habrá terminado". "Espero que así sea, así entenderíamos también la velocidad de la escalada de estos días. Porque ahora no es solo el Donbas, es Crimea, es Odesa, le está quitando el acceso del mar Negro a Ucrania, eso es todo. Soy pesimista, pero debemos hacer todos los gestos posibles para detener la guerra", ha destacado.
Por el momento, el Papa ha subrayado que no acudirá a Ucrania: "Siento que no tengo que ir. Primero tengo que ir a Moscú, primero tengo que reunirme con Putin. Pero yo soy sacerdote, ¿qué puedo hacer? Hago lo que puedo. Si Putin abriera la puerta...", avanzó. La preocupación del Papa Francisco, según el diario italiano, es que Putin, de momento, no se detendrá.
El papel de la OTAN y su postura sobre el envío de armas a Ucrania
En cuanto a la OTAN, el Papa afirma que no sabe si el "enfado" de Putin fue provocado de la Alianza Atlántica a las puertas de Rusia, pero si cree que, a su juicio, "lo facilitó".
En cuanto a si es lícito el envío de armas a Ucrania para que se defiendan de la invasión, el Obispo de Roma asegura que no es capaz de responder ante esta cuestión: "Estoy demasiado lejos de la pregunta de si es correcto abastecer a los ucranianos. Lo que está claro es que en esa tierra se están probando armas. Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se libran para esto: para probar las armas que hemos producido". El Papa Francisco señala que "este fue el caso que se dio en la Guerra Civil Española, antes de la Segunda Guerra Mundial".
"El comercio de armas es un escándalo, pocos se oponen. Hace dos o tres años llegó a Génova un barco cargado de armas que hubo que trasladar a un gran carguero para transportarlas a Yemen. Los trabajadores del puerto no querían hacerlo. Dijeron: pensemos en los niños de Yemen. Eso una cosa pequeña, pero un bonito gesto. Debería haber tantos así", añadió.
El pontífice negó que el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, pueda colaborar en detener a Putin, ya que en la conversación a través de videoconferencia que mantuvieron "los primeros veinte minutos me leyó todas las justificaciones de la guerra". "Tenía una reunión programada con él en Jerusalén el 14 de junio. Sería nuestro segundo cara a cara, nada que ver con la guerra. Pero ahora él también está de acuerdo en que reunirse podría ser una señal ambigua", señala.
