El Papa Francisco ha celebrado este miércoles 27 de abril una nueva audiencia en la plaza San Pedro, en la que se congregaron miles de fieles. En esta ocasión, el tema de la catequesis fue "los ancianos", a los que quiso rendir respeto durante su discurso. De esta forma, el Sumo Pontífice también quiso hacer referencia a la figura de las suegras y ha lanzado un mensaje desde la Iglesia para ellas.
"La suegra es un personaje mítico"
Tras varias semanas en las que el Papa Francisco ha tenido que suspender algunos actos en su agenda por sus problemas de rodilla, por fin pudimos verle durante un acto en la plaza de San Pedro. Su llegada, esperada por muchos, se produjo desde el papamóvil, con el que recorrió varios sectores de la plaza saludando a sus fieles.
Durante su discurso, el Papa explicó que existen "lugares comunes sobre vínculos de parentela creados por el matrimonio, sobre todo entre suegra y nuera". En relación a esto, el argentino pidió superar "los prejuicios más comunes", haciendo referencia al clásico estereotipo de llevarse mal con la suegra.
Con su tono de humor habitual continuó hablando sobre la figura de la suegra desde el punto de vista de la Iglesia católica. "Hoy en día la suegra es un personaje mítico, no digo que pensemos que son el diablo, pero siempre se dice que son malas", afirmaba el Papa Francisco. Por lo que quiso dar a entender durante su discurso, aunque muchas suegras no caen bien a todos, al final "son la madre de tu marido o de tu mujer", decía.
"La lengua es uno de los pecados de las suegras"
Ensalzando su figura, el Papa explicó que las suegras "también son madres, son ya mayores y una de las cosas más bonitas para sus abuelas es ver a sus nietos". Con ello, quiso instar a todo aquel que le escuchara a tratar bien a sus suegras para que puedan "llevar su vejez con felicidad".
En contraposición, el papa Francisco también mandó un mensaje de advertencia a las suegras. "A vosotras suegras, os digo: tened cuidado con vuestras lenguas. Es uno de los pecados de las suegras, la lengua". También explicó como la juventud podía "dar de nuevo entusiasmo" a aquellas personas en una edad más avanzada.
Un discurso lleno de plegarias hacia la unión de generaciones en el que el Papa reconoció la importancia de la población joven para ayudar a aquellos más ancianos. Ante todos los allí congregados finalizó su mensaje instando en la necesidad de "una alianza entre las generaciones".
