La noticia de la retirada del Rey Juan Carlos de la vida pública sorprendió a muchos, pero parece que el Rey Emérito se ha cansado de los desprecios de los actuales reyes.
Este 3 de junio comienza la jubilación mediática del monarca, coincidiendo con el quinto aniversario de su abdicación. Por ello, ha organizado un almuerzo de despedida que se celebrará el 2 de junio en el Jardín de Oñate (Aranjuez, Madrid), donde se reunirá con familiares y amigos.
A la celebración acudirán varios amigos del grupo de cazadores como Amador Suárez, José Manuel Pardo o Carlos Cutilla. Obviamente, su familia también acudirá: su hija mayor Elena, así como sus hijos Froilán y Victoria; las infantas Pilar y Margarita junto a sus hijos y ahijados; la Reina Sofía y la infanta Cristina; y Felipe y Letizia, junto a sus hijas Leonor y Sofía, también están invitados, pero se desconoce si acudirán.
Todos ellos y algunos más, son los que estarán apoyando al Rey Emérito en esta nueva etapa de jubilación. Pero, sin duda, la que más cerca estará de él, como siempre ha estado, será su hija mayor.
El 'bajón' de Juan Carlos
Siempre se ha comentado que la Infanta Elena es la favorita de su padre y, si no lo es, lo parece. Tras la abdicación del Rey Emérito, Doña Elena siempre ha estado a su lado. Llevan cinco años apoyándose mutuamente, pues buena falta le ha hecho a Juan Carlos desde que Felipe VI se convirtió en rey.
"Él mismo lo describe así. Desde que abdicó en 2014 las cosas se le han complicado en asuntos de salud y de imagen respecto a la opinión pública y, sobre todo, en el interior de Zarzuela, donde han sido continúas las faltas de respeto y apoyo. Ha pasado de ser 'el jefe' a mejor que no vaya que la lía. Pero su hija mayor ha estado siempre a su lado, animándolo, acompañándolo", cuenta a El Español una persona cercana a Juan Carlos.
El papel de 'segundón' del Rey
Según las declaraciones de esta persona cercana a la Casa Real, este papel secundario del Rey en estos cinco años ha sido difícil, algo a lo que Sofía, como primera dama, estaba más acostumbrada.
Él nunca se ha sentido cómodo en el papel de segundón. Entiende que el reinado de su hijo esté consolidado y que ya forma parte del pasado, pero no ve su papel en bodas y funerales, algo que sí le gusta a Sofía. Para él, su labor histórica ya está cumplida
"Le cuesta entender los tiempos políticos de ahora. Se da cuenta de que pertenecen a su hijo y que, a veces, se ha sentido como un jarrón chino, valioso pero que no saben dónde colocarlo y eso le resulta muy incómodo", explica este contacto a El Español.
El apoyo de Elena a su padre
Después de abdicar, la Casa Real decidió rebajar su número de miembros. Por ello, se redujo el título a los actuales Reyes, sus hijas y los Reyes Eméritos. Las hijas del Rey, las infantas Elena y Cristina, se quedaban fuera de esta limitación, del mismo modo que sus hijos, lo cual no les hizo demasiada gracia.
"Aquello se hizo por muchas razones, pero sobre todo como un cordón sanitario para que los problemas legales de los de Barcelona no salpicarán más a la Institución. Pero a la duquesa de Lugo (Elena de Borbón) le sentó fatal. Le dejaban fuera del servicio a lo que más quiere, la Corona. A partir de ahí la relación con su hermano nunca volvió a ser igual y no hablemos ya con su cuñada, Letizia... Así, la hermana mayor del Rey se marcó otra misión, otra forma de ayudar a la Corona: cuidar y acompañar a su padre", explica a El Español una amiga de la infanta.
Doña Elena es la que más ha velado por su padre durante todo este tiempo y la que más ha sufrido con las continuas desavenencias con la Corona actual. De hecho, se ha enfrentado a su hermano por culpa de estas ofensas.
El día que se enteró de que no habían invitado al Rey al acto conmemorativo del 40 aniversario de las primeras elecciones libres en el Congreso, se enfadó muchísimo. Así se lo hizo saber a su hermano Felipe que le aseguró que había sido un problema de protocolo. Pero han sido tantas cosas, ella ha sufrido mucho viendo cómo le hacían luz de gas a Juan Carlos. Al final ha sido ella quien le ha animado a retirarse del escrutinio público. Y, sobre todo, apelando a que él había cumplido su papel en la historia de España y que no debía permitir que le faltaran al respeto y le humillaran más desde el Palacio de la Zarzuela
"Seguro que Elena es la que más se ha alegrado de que lo haya hecho. Ahora se podrán ir juntos a comer donde quieran sin problemas, sin tener que preocuparse de cómo se van a tomar en la Casa que hayan elegido este sitio o el otro", añade la persona allegada a la infanta.
La relación con Cristina
Parece que está claro que el Rey Emérito se ha quedado más del lado de las infantas. Su relación con su hija menor tampoco se queda atrás, pues ha tenido varias apariciones públicas junto a la infanta Cristina. A pesar del Caso Noós por el que Iñaki Urdangarin está en la cárcel, Juan Carlos no ha dejado de visitar a esa parte de su familia.
A finales de abril, los reyes eméritos viajaron a Alemania a ver a su consuegra y madre de Urdangarin, Claire Liebaert. Allí, también apoyaron a su nieto Pablo, segundo hijo de Iñaki y Cristina, que jugó un partido junto a su equipo de balonmano, el TSV Hannover-Burgdorf.
En enero de 2018, cuando Urdangarin estaba a punto de entrar en prisión, los reyes eméritos acudieron a Ginebra celebrar su 50 cumpleaños. Y, también en 2018, el rey asistió al campeonato de Fórmula 1 junto a la infanta Cristina, acto público que tampoco estuvo exento de polémica.
En definitiva, a pesar de lo que pueda parecer, la relación de Juan Carlos con su hija menor no se ha enfriado. De hecho, su retirada pública se traduce en una futura relación más cercana, pues ahora Cristina "podrá mostrarle su apoyo" ya que ahora "no representa a la institución".