Dar una de cal y otra de arena es lo que mejor se le da hacer al Papa Francisco. Desde que saliera la fumata blanca allá por marzo de 2013, el argentino ha tratado de dar una imagen más moderna de la Iglesia suavizando sus discursos más rancios y abriendo algunos debates que no han gustado a los sectores más conservadores de la milenaria institución religiosa.
En materia LGTBI el Sumo Pontífice aun tiene un largo camino por recorrer. Pese a haber tenido algunos gestos hacia el colectivo, como cuando reconoció que los cristianos deberían pedir perdón a los homosexuales, sigue sin entender nada sobre igualdad de derechos y libertad.
Su última cruzada la batalla contra los transexuales. Ya el pasado mes de agosto, el Papa Francisco advirtió que la aceptación de este colectivo es "algo terrible". Si ya de por sí se trata de uno de los grupos más discriminados, el manager representante de Dios en la Tierra decidió darles más la espalda fomentando el odio contra ellos. Y lo ha vuelto a hacer.
En una reunión de la Academia Pontificia por la Vida, algo así como el comité de bioética del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio, según recoge The Washington Post, dio un discurso sobre la quimera que ellos llaman "ideología de género". Según el Papa, la posibilidad que ofrecen los avances tecnológicos en el cambio de sexo llevarán a acabar con la humanidad.
En lugar de contrastar las interpretaciones negativas de las diferencias sexuales, algunos quieren cancelar esas diferencias de golpe, proponiendo técnicas y prácticas que las vuelven irrelevantes para el desarrollo humano y las relaciones
Esas prácticas, además de los géneros no-binarios y demás "utopías de los neutro", dijo, "arriesgan el desmantelamiento de la fuente de energía que alimenta la alianza entre hombres y mujeres y las hace fértiles". Vamos, que ahora resulta que es culpa de los transexuales que haya hombres y mujeres estériles.
Nueva definición de "pro-vida"
Mientras tira piedras contra los transexuales, el Papa Francisco también se está esforzado en blanquear el movimiento antiabortista. Mientras que Francisco ha apoyado firmemente la enseñanza de la iglesia sobre el aborto y otros asuntos de la vida, no los ha enfatizado tanto como Juan Pablo II o el Papa Benedicto XVI. En cambio, ha tratado de ampliar la definición de la iglesia de lo que significa ser "pro-vida", subrayando, por ejemplo, la necesidad de garantizar un respeto digno a las personas mayores -al fin de sus vidas- y no sólo centrarse en el nonato.
El jefe de la academia, Monseñor Vincenzo Paglia, declaró que "pro-vida" es algo más que un concepto bioético y teórico sobre un asunto candente como el aborto, ya que también incluye temas humanos como la migración, el medio ambiente e incluso el tráfico de armas.
