El Papa Francisco ha retomado su actividad tras unos días ingresado en el hospital por una bronquitis. Con su agenda oficial ya retomada con normalidad, ha cargado contra el trabajo en negro, que considera que "expone a los trabajadores a formas de explotación e injusticia" y contra la precariedad, que "baja la natalidad", en su discurso durante la recepción de una delegación del Instituto de Seguridad Social Italiano.
"No hay que olvidar que también cotizan al sistema de pensiones los trabajadores extranjeros que aún no tienen la ciudadanía italiana", ha añadido durante su discurso. "Seria una buena señal poder expresarles gratitud por lo que hacen", ha sentenciado.
El Papa ha criticado el trabajo en negro porque "en un primer momento parece reportar beneficios económicos, pero a distancia no permite a las familias cotizar y acceder al sistema de pensiones". Además, ha denunciado que "distorsiona el mercado laboral y expone a los trabajadores a formas de explotación e injusticia".
Además, ha llamado a no abusar del trabajo precario, "que repercute en las opciones vitales de los jóvenes y a veces les obliga a trabajar incluso cuando les fallan las fuerzas. La precariedad debe ser transitoria, no puede prolongarse en exceso; de lo contrario, acaba trayendo desconfianza de los jóvenes, aleja la entrada en el sistema de la seguridad social y baja la natalidad".
Por último, también ha llamado a la existencia de un trabajo digno, "que es siempre libre, creativo, participativo y solidario". "Necesitamos políticos sabios, guiados por el criterio de la fraternidad y que sepan hacer discernir entre temporada y temporada, evitando malgastar los recursos cuando existen y dejar a las futuras generaciones en una situación desesperada".
La vuelta del Papa Francisco
El Papa, todavía convaleciente de su bronquitis, reapareció en la plaza de San Pedro ante 30.000 fieles, según ha informado la Santa Sede, tras pasar tres días ingresado en el Hospital Gemelli de Roma por su enfermedad.
Después de comenzar la misa fue sentado en un coche desacotado hasta el centro de la plaza, a los pies del obelisco, para bendecir las ramas del olivo y palmas de los fieles, religiosas y miembros de la Curia.