La pandemia ha provocado un descenso drástico en la celebración de eventos taurinos en España, nunca visto en la historia reciente de nuestro país. La Guerra Civil o la gripe de 1918 no tuvieron el impacto de 'freno en seco' que se está experimentando en estos momentos, en una práctica que ya lastraba previamente una gran pérdida importante de afición e irrelevancia mediática, como demuestran los datos.
La serie de cancelaciones desde que empezó la crisis sanitaria en marzo de 2020 continúa de manera alarmante si el sector solo mira sus datos económicos. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, ha descartado cualquier tipo de corrida por San Isidro, una de las fechas grandes para la tauromaquia: "No se dan las condiciones", afirma José Luis Martínez-Almeida, alcalde.
Además, queda en el aire lo que sucederá con la emblemática feria taurina de Sevilla, donde la Junta impone un paupérrimo aforo del 12% que hace inviable sostener los gastos. También se han suspendido los Sanfermines.
Estas tres fiestas son las grandes del sector, el 'agosto' que mantenía a flote las cuentas de los empresarios: han fallado por completo durante dos años continuados. Pero, además, ha habido parón total de la actividad en otros territorios: por ejemplo, Salamanca ahora está planteando lidiar su primera corrida de toros, un año y un mes después de la pandemia.
Por el momento, el sector se queja de falta de ayudas. Lo cierto es que ha dispuesto de alguna, como la concedida en Madrid por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso: 720.000 euros a doce empresas ganaderas taurinas que incluyó en el Plan de Ayudas por la Covid. En el resto, salvo Castilla-La Mancha (donde no existen), oscilan entre 6.000 y 7.000 euros por ganadería.
El toro bravo, sin salir a la plaza
Con estos parones, muchos toros están evitando la muerte en una plaza. La Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), que agrupa a 347 ganaderías repartidas principalmente en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid y Castilla y León, aseguran que su situación es dramática.
Uno de los ganaderos que forman parte de esta organización, Victorino Martín, asegura que solo llevó 17 toros en 2020 frente al centenar en 2019 en unas 15 corridas. En 2021, mientras tanto, afirma que solo van seis toros lidiados en Jaén, como indica a Cinco Días. Este ganadero es uno de los más destacados del sector, con unas 2.000 cabezas dentro de ganaderías bravas.
Antonio Bañuelos, de la UCTL, asegura al mismo medio: "Llevamos más de un año sin actividad y esto es la ruina para el sector, y en particular para los ganaderos. Los toros son un producto perecedero, ya que a una determinada edad tienen que ser lidiados, además de que hay que alimentarlos todos los días".
Muchos ganaderos, que ven al animal sin posibilidad de ir a una plaza de toros, finalmente optan por acudir a un matadero, donde suelen cobrar por cada animal entre 300 y 500 euros, precios muy lejanos a lo que pueden llegar a obtener en plazas como Las Ventas de Madrid, donde hay pagos de hasta 10.000 y 12.000 euros. Aseguran, igualmente, que no consiguen sostener el negocio con estos gastos, aunque no plantean por el momento reconvertirse en otro modelo.