La práctica totalidad de los monumentos abren sus puertas en Aranjuez, sin embargo, los restos de un palacio se encierran bajo una valla, cubiertos de pintadas y lastrados por un fuerte incendio que sacudió este patrimonio histórico en 2018.
Se trata del palacio de Farinelli, también conocido como el palacio de los Duques de Osuna. Un monumento construido en 1761, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y que actualmente se encuentra en estado de ruina y completamente lleno de graffitis. Se halla, además, en un enclave privilegiado: Aranjuez, una ciudad Patrimonio de la Humanidad, ante el Jardín del Príncipe y en las inmediaciones del Palacio Real.
¿Qué puede ocurrir para que un patrimonio tan singular se encuentre en esta situación? En el Ayuntamiento nos lo explican: "El palacio ardió en 2018. Ya no aparece en ninguna guía de la ciudad". Efectivamente, los mapas de la localidad solo sitúan en la zona el palacio de Godoy, que se puede encontrar a su izquierda, sin embargo, no se encuentra ningún rastro del monumento que estamos mencionando.
Las crónicas de 2018 narraban entonces cómo las llamas devoraron este conjunto, que incluso obligó a desalojar dos restaurantes cercanos: "El fuego se inició sobre las 20:00 de la tarde en el edificio, de unos 1.500 metros cuadrados, y no ha sido controlado hasta pasadas las 23:00 de la noche. Durante la madrugada los efectivos han tenido que seguir trabajando en la extinción de las llamas de una instalación que se encontraba en estado de total abandono", publicaba El Confidencial entonces.
Imágenes del incendio que se ha producido a última hora de la tarde en el Palacio Duques de Osuna (Palacio de Farinelli) de Aranjuez #BomberosCM #Parque33 pic.twitter.com/dkXqXNSahL
— Parque 11 (@Parque_11) May 2, 2018
Su estado previo al incendio
El interior del palacio quedó reflejado en fotografías que mostraban su estado de conservación.
Villa Farinelli-Palacio de Osuna, Aranjuez (1751-2018)
— Celia Mendez (@CeliaMendez_) May 3, 2018
En estado de abandono y ruina progresiva desde hace años. Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. #CALCINADO #JuevesDeArquitectura #Patrimonioperdido #PalaciodeOsuna pic.twitter.com/ZVmrWjBEfA
En 2012, se lanzó a la venta en circuitos comerciales después de un año sin encontrar comprador por los medios habituales. La mitad del conjunto se lanzó entonces al mercado por 4,2 millones de euros. Se había emprendido un proceso de rehabilitación.
"Mi familia posee aproximadamente el 50% y la intención inicial era comprar el resto para rehabilitarlo y construir un hotel con encanto para organización de eventos. Finalmente, el consejo familiar decidió no entrar en esta actividad desconocida para nosotros", afirmaba uno de los herederos entonces en declaraciones al diario El Mundo.
Este conjunto se ofrecía entonces con multitud de usos: residencial, hotelero, comercial, religioso, cultural o incluso como posibilidad de ser reconvertido en una clínica médica.
Su precio, en sus últimos años, había descendido hasta 1,5 millones. Las llamas devoraron este palacio, catalogado Bien de Interés Cultural (BIC), cuyo origen no ha trascendido por el momento.
En la actualidad, este monumento histórico se encuentra completamente abandonado. En el recinto se anuncia un número de teléfono, sin embargo, no responde y aparece continuamente comunicando cuando intentamos ponernos en contacto.
La historia del icónico palacio
Concebido de estilo neoclásico y construido por encargo del cantante castrado Carlo Broschi, más conocido como Farinelli, fue su hogar durante 25 años.
La voz del intérprete fue empleada por la reina en su intento de curar a Felipe V de su estado neurodepresivo y le dio tanta influencia que terminó por brindarle un papel como primer ministro. Dentro de este palacio se acogió a todo tipo de celebridades y Farinelli utilizó su poder con la máxima discreción, sin embargo, su papel cayó en desgracia con la muerte del monarca.
Desterrado por Carlos III, la Corona se quedó con la propiedad previo reintegro y después pasó a manos de los duques de Osuna. Mecenas de artistas, utilizaban este lugar como acogimiento cuando la Familia Real acudía a Aranjuez.
Los duques retuvieron el control del palacio. Sin embargo, conocido por sus derroches, a finales del siglo XIX Mariano Téllez-Girón se vio obligado a venderlo y dividirlo en dos partes. La planta baja o principal fue adquirida por Juan Richer Turión, entonces alcalde de Aranjuez. El palacio ha experimentado diversos usos durante el paso de sus últimos años.