La celebración de San Valentín no es bienvenida en todos los países del mundo. Esta 'fiesta del amor' es especialmente común en Norteamérica y Europa, donde los amantes arrasan los centros comerciales en busca del regalo material con el que sorprender a su pareja. En Pakistán, sin embargo, no es necesario: la Justicia ha prohibido tajantemente celebrar este día por ser "contrario a la cultura y a las tradiciones musulmanas".
La sentencia es en respuesta a una demanda contra el Estado de Pakistán presentada por Abdul Waheed, quien considera que "con la excusa de difundir el amor se fomentan la inmoralidad, la desnudez y la indecencia, lo cual va contra nuestras ricas tradiciones y valores", según recoge la televisión paquistaní 'Geo TV'. Además, Waheed sostiene que las celebraciones de San Valentín "van contra las enseñanzas islámicas y deben ser prohibidas de inmediato".
La autoridad advirtió a los canales de televisión y radio el 8 de febrero que el organismo citó una sentencia del 13 de febrero de 2017 de la alta corte de Islamabad que prohibió los festejos del día de los enamorados en lugares públicos o en edificios gubernamentales en todo el país, según 'Infobae'.
"A todos los medios y servicios de distribución se les aconseja que desistan de promover San Valentín en sus respectivos canales", indicó en un comunicado la Autoridad Reguladora de Medios de Pakistán (PEMRA, en inglés).
A favor y en contra
A pesar de que San Valentín está prohibido en el país desde el 13 de febrero de 2017, los paquistaníes no se plegaron y celebraron el año pasado con globos con forma de corazón y cenas románticas. Mientras tanto, las radios locales anunciaban descuentos y ofertas de diversas empresas por el 14 de febrero sin nombrar directamente la festividad, tal y como informa 'La Opinión'
Hay algunos partidos políticos como Jamiat Ulema-e-Islam, vinculado a los talibanes, que han celebrado manifestaciones en los últimos años para denunciar la fiesta. "Somos musulmanes. Nuestra religión prohíbe cosas como el Día de San Valentín", dijo un paquistaní a favor del veto.
Por su parte Salman Mahmod, un vendedor de flores del centro de la capital de Pakistán no piensa lo mismo. "No sé qué peligro enfrentarían estos islamistas si yo ganara un poco más de dinero vendiendo flores y si alguien tiene la oportunidad de celebrar algo", declaró. La división de opiniones, por tanto, es evidente.