Fueron muchísimas las personas que creyeron a Fernando Blanco y a Margarita Garau con respecto a la supuesta enfermedad rara que padecía su hija Nadia, llamada tricotridisostrofia. Una enfermedad que, después, se descubrió que era falsa, por lo que la pequeña se encontraba en plena forma. Fueron muchísimas las personas que se preocuparon por ella, por los costosos tratamientos y por la gravedad del asunto, por ello, dieron el dinero que podían o incluso más del que tenían para ayudar.
El matrimonio apareció entre 2010 y 2016 en numerosos medios de comunicación, en platós de televisión y fueron por varios lugares de toda España alegando que necesitaban la caridad y las donaciones de todos debido a la cara investigación de la falsa enfermedad y los aún más caros tratamientos después de las operaciones quirúrgicas a las que se tenía que someter Nadia en EEUU, también en Guatemala, Rusia, Finlandia y hasta Francia.
Todo era mentira, se trató de una estafa que les duró varios años consiguiendo hacer de esas donaciones su modo de vida. Por eso, el matrimonio se sentará el martes 2 de octubre en el banquillo de los acusados en la Augiencia de Lleida por un presunto delito continuado de estafa tras haberse embolsado 1,1 millones de euros.
Según informa el diario El Periódico, el abogado de la madre de la menor ha negociado un acuerdo para poder reducir la petición de pena que la fiscalía reclama a los dos progenitores de seis años de prisión y su correspondiente multa, para así evitar el juicio. Sin embargo, esta negociación, Fernando Blanco, que se encuentra en prisión, la ha rechazado. Esto supondría un conflicto entre ambos.
Visitas a su hija
Desde que en 2016 el juzgado dictó prisión provisional para Blanco y libertad con cargos para Garau, Nadia vive con una tía en Binissalem, Islas Baleares. La pequeña se tuvo que trasladar desde Lleida con la hermana de su madre porque esta perdió su custodia.
Sin embargo, sí se pueden ver. Su madre hace el mismo trayecto desde entonces. Se traslada desde una localidad cercana en Palma de Mallorca, donde reside, solo los sábados y los domingos. Pero no puede dormir con ella. Según han explicado fuentes de su entorno familiar "la visita durante unas horas y se va".
Investigación inexistente y una Asociación falsa
Fueron tantas las mentiras en torno al caso de Nadia durante 4 años que es practicamente imposible enumerarlas todas. Desde un principio, los padres de la niña argumentaron que gran parte de las donaciones iban destinadas a investigar la extraña enfermedad que 'lamentablemente' padecía su hija. Sin embargo, esto no era cierto.
Por otro lado, pero manteniéndonos dentro de las continuas mentiras, el fiscal del caso sostiene que los padres crearon una asociación con el nombre de su hija con el "ánimo de obtener un lucro patrimonial ilícito"a costa de la supuesta situación de la menor. Según la acusación, esta entidad no fue más que "una excusa para recaudar fondos con la intención de destinar el dinero a su propio consumo y ocio".
Cáncer de páncreas
Parece increíble que encima de estafar y engañar a toda la población con temas tan delicados como las enfermedades raras, también se metieran con el cáncer. Y es que Fernando Blanco no tenía suficiente con llevar a su hija por "actos benéficos con público en directo", que también inventó que él mismo padecía cáncer de páncreas.
Los Mossos señalaron en el informe que Blanco lo hizo "para sensibilizar aún más a los oyentes y espectadores para así conseguir donaciones y lucrarse él y su esposa". Poco tiempo antes de ser detenido, el acusado habló con Garau por teléfono. Ella le pregunta por qué no presentaba un informa médicao que demostrara que sí padecía cáncer. A esto él responde: "el cáncer sirve para dar pena y sacar más dinero. Esto solo funciona dando pena".
Gastos personales
La vida que llevaban ambos, Blanco y Garau, no correspondía con las deficiencias económicas que alegaban tener. La fiscalía mantiene que todo el dinero fue utilizado para pagar el alquiler de la vivienda y de varios locales, así como la adquisición de vehículos, pagos de hoteles y compras diversas. Cuando fueron detenidos en sus respectivas cuentas bancarias quedaban 300.000 euros, en su domicilio y en los locales que tenían encontraron 2.180 euros en metálico. Los Mossos también encontraron relojes valorados en 60.000 euros, móviles, ordenadores y otros artículos considerados de "lujo e innecesarios".
Por otro lado, los investigadores han podido identificar a 5.574 donantes que efectuaron sus aportaciones por transferencia bancaria. Pero no se sabe todavía quiénes son las 1.006 personas restantes que dieron su dinero en efectivo, ni "los centenares" que participaron en colectas con huchas o subastas. Las sumas entregadas iban desde menos de un euro hasta 13.000.