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Padres del mundo en contra de 'Frozen 2'

La noticia del ok por parte de Disney a la secuela de "Frozen: El reino de hielo" ha sentado a muchos padres, literalmente, como un jarro de agua helada.

"Me niego en rotundo a llamar a mi hija Elsa", nos dice Mamen Antartillas embarazada de cinco meses. Tuvo la desgracia de haber elegido el nombre de Ana para su primera hija, que ahora tiene seis años. La niña insiste en llamar así al bebé que está en camino como un "acto de amor verdadero", para que sean las "hermanas más guapas del reino y estemos siempre, siempre, siempre unidas, pero luego nos cambiamos el nombre porque yo soy la mayor y yo tengo que ser Elsa". Amenaza con cantar eternamente ¡Suéltalo! si sus progenitores no aceptan su propuesta. Ana, Anita -como le gusta que la llamen-, ve ahora Frozen una media de tres veces por semana. Antes eran tres veces al día. Mamen dice que no va a pagar más terapias, que se las paguen Jennifer Lee y Chris Buck, "que se han forrado a base de arruinar la vida a los demás".

Mi niña de tres años no sabe hablar pero se sabe todas las canciones de 'Frozen'

"Esa mujer o no tiene corazón o lo tiene congelado", nos dice por su parte muy dolida Milagros Nanuk sobre la guionista  y co-directora de la película animada más taquillera de la historia. Razón no le falta. Jennifer Lee se vio obligada a pedir disculpas públicamente cuando a un buen puñado de padres dejaron de hacerles gracia las canciones de su película. "Estamos hartos", dijeron. Y ella asumió su responsabilidad, todos entendieron que algo así no volvería a pasar. Por ese motivo la indignación de los padres al enterarse de que estaba trabajando en una segunda parte ha sido, si cabe, aún mayor. "Mi niña de tres años no sabe hablar, pero se sabe todas las canciones de Frozen.  Esto nunca se va a terminar, es una pesadilla", añade Milagros, que confiesa que va a hacer "lo que sea, y cuando digo lo que sea, es lo que sea" por evitar que su hija vea esa segunda parte y que en lugar de hablar su forma de comunicarse sea como la de los personajes de Los paraguas de Cherburgo de Jacques Demy. "No he visto esa película..." nos dice Milagros cuando le planteamos esa comparación. "Solo cantan Mila, solo cantan, no hablan ni para decir que tienen que ir a cagar", le comentamos. Momento en el cual Milagros Nanuk se pone a llorar desconsoladamente.

Anna en Frozen: El reino de Hielo
"Anna en Frozen: El reino de Hielo"

"No sé qué he hecho para merecer esto... Disney no tiene piedad con los padres", se lamenta Roberto Palmer. Su hija de cuatro años está convencida de que tiene poderes y la ha pillado varias veces metiendo la cabeza en el congelador diciendo que "a mí el frío nunca me molestó". Roberto nos cuenta preocupado que el martes pasado tuvieron que llevarla a urgencias porque se le había quedado la lengua pegada, "intentó despegarse de golpe y la puntita de la lengua se le quedó ahí... sangraba como un cerdo en matanza, no tengo por qué volver a pasar por algo así". Roberto conservaba la esperanza de ver a su hija recuperada del síndrome Frozen, pero nos cuenta que con la noticia de la secuela la ha perdido por completo.

Casi sufrimos un accidente de tráfico por culpa de 'Frozen'

"Casi sufrimos un accidente de tráfico gordo por culpa de Frozen", confiesa Angustias San Telmo. "Cada uno de nuestros hijos tiene un DVD frente a su asiento del coche, en un viaje al pueblo iban viendo la película en su DVD tranquilamente -como siempre-,  hasta que decidieron subir el volumen, primero uno y luego el otro... iban desacompasados en sonido -había dado al play a uno unos segundos antes que al otro-, yo gritaba para que lo bajaran pero estaban como hipnotizados. Tuve que escuchar Frozen con eco durante todo el trayecto y en un momento dado sentí algo así como un latigazo en el cerebro... Fue horrible. Frené de golpe y se dieron de frente con las pantallas. Se comieron literalmente a Olaf. Ahora tengo miedo", confiesa Angustias.

Olaf en Frozen: El reino de Hielo
"Olaf en Frozen: El reino de Hielo"

Peor es el caso de Arturo Témpano... Frozen ha destrozado su familia, la ha roto. Su hija veía la película en bucle cada día, la situación se había vuelto insoportable para él. Decidió abstraerse con el trabajo. Arturo comenzó a hacer jornadas de quince horas todos los días. No soportaba la idea de volver a casa y que la niña estuviese viendo Frozen otra vez, prefería llegar y "verla dormidita como una princesita de hielo". "Mi pareja me echó de casa porque me dijo que era un egoísta, que la había dejado con el marrón a ella sola, que qué cabrón, que me quedase en el trabajo a vivir, y que arrieros somos y en el camino nos encontraremos". Arturo tenía intención de intentar recuperar a su familia, "ahora que las cosas estaban más calmadas y se había pasado un poco el boom", pero después de saber que habrá una segunda parte no se ve capaz. "No puedo. Simplemente no puedo", asegura.

Estos son tan solo algunos ejemplos de lo que el devastador efecto Frozen ha provocado en muchas familias. Estos padres nos aseguran que estarían dispuestos a denunciar a Disney, a los directores "y a quien haga falta" para evitar que Frozen 2 llegue a realizarse, pero no lo hacen porque temen las represalias de sus hijos, por eso tampoco nos permiten hacer públicos sus verdaderos nombres. No quieren que les vean como los responsables de la caída de Arendelle, no quieren ver odio eterno en su mirada...

Aviso importante para el lector: los casos descritos han sido exagerados y dramatizados ligeramente, pero la realidad es que un gran porcentaje de padres está completamente en contra de una segunda parte de Frozen. Sus súplicas deberían de ser, sino atendidas, al menos escuchadas.

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