Khadija Okkrarou, una menor de 17 años, fue torturada y violada por un grupo de 12 jóvenes mayores de edad durante más de un mes. "Han destruido toda mi vida", llegó a declarar ante los medios después de que la Policía consiguiese su liberación.
Los 12 autores, con edades comprendidas entre los 18 y 27 años, secuestraron a la joven en una vivienda de Ulad Ayad. Allí vivió todo tipo de agresiones, como quemaduras en la piel con cigarrillos, insultos, vejaciones o dibujos tatuados por toda la piel mediante objetos punzantes. La Justicia ya ha impuesto una pena sin precedentes en el país norafricano: una década en prisión para cada atacante.
Los agresores se encuentran detenidos y la situación ha generado toda una ola de críticas e indignación en la sociedad marroquí. Una sensación que ahora aumenta tras las declaraciones realizadas por los familiares de los agresores al Daily Mail.
En la entrevista, los progenitores justifican la agresión diciendo que tenía un "comportamiento promiscuo". Ahmed, uno de los padres que además tiene una tienda de alimentación al lado de la víctima de su hijo, añade: "Tenía malas compañías y la vimos saliendo con chicos". Y, termina con las siguientes palabras: "Tenía mala fama y se lo buscó".
Sus declaraciones han afectado duramente a su víctima, que aún se encuentran en shock en su vivienda, donde ha permanecido durante las últimas semanas. Sin embargo, no ha dudado en declarar todo lo que vivió: "Durante el cautiverio me drogaban constantemente hasta que un día desperté y vi que mi cuerpo estaba lleno de tatuajes y tenía los brazos llenos de quemaduras de cigarros".
Todo ello, sin duda, la ha marcado para el resto de su vida: "He perdido mi dignidad, he intentado olvidar lo que pasó, pero es imposible. Han destruido toda mi vida, todo lo que aspiraba a ser. Tengo miedo a salir a la calle, pero quiero continuar los estudios y ser periodista", ha declarado.
La Justicia ha tardado un par de semanas en dictar sentencia
Las pruebas habían sido contundentes, ya que existían vídeos sobre todo lo sucedido. Por ello, la Justicia ha tardado poco en dictar sentencia: cada uno de los agresores deberá pasar una década en prisión. Se trata de una sentencia histórica para el país norafricano, ya que este tipo de casos siempre se habían sancionado con condenas menores.
Marruecos, al igual que Túnez, se encuentra en pleno debate sobre la necesidad de condenar este tipo de agresiones con mayor contundencia. De hecho, Túnez se ha convertido en el primer país árabe en aprobar una ley de violencia de género.
"Las mujeres se plantean mil veces cómo deben vestirse, la hora en la que tienen que salir o los barrios que deben visitar en horas determinadas antes de estar en la calle", ha denunciado a la agencia EFE Saida Idrisi, presidenta de la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos.
El caso que conocemos como 'La Manada' marroquí, por sus similitudes con la agresión a una joven en Pamplona, está teniendo una fuerte presencia en el reino alauí: "Esperemos que a partir de este juicio las cosas cambien. Es verdad que la difusión por internet ha supuesto una gran presión para el tribunal, pero lo importante no es el ruido mediático, sino que los hechos no se vuelvan a repetir", ha reclamado Idrisi.