El libro How Men Age, escrito por Richard Bribiescas, afirma que los hombres que después de ser padres engordan ligeramente tienen más posibilidades de cuidar mejor de sus hijos, informa el portal Indy100. Destaca que algo de sobrepeso mejora el sistema inmunológico, lo que hace que estén más sanos y tengan más posibilidades de una vida más larga. Otra ventaja es que la pérdida de testosterona hace que dejen de buscar tener relaciones con otras mujeres, lo que les facilita el estar más tiempo en casa y cuidar de sus hijos.
No es el primer estudio que llega a conclusiones similares: un estudio letón descubrió que un cuerpo algo fondón es más atractivo para muchas mujeres que un cachas de gimnasio.
Así que ya sabéis: mejor tener un padre con su barriguita cervecera y que se hincha a pizza los fines de semana que uno que se pase el día haciendo running y tomando batidos de proteínas.
Parece que los científicos han encontrado la fórmula de hombre perfecto, pero como resaltaba el periodista Nick Hilton, "¿no será que estos científicos son padres fofisanos?".