Aunque mucho se ha hablado en los últimos días sobre la personalidad del terrorista que sembró el caos el pasado jueves en Niza, poco se conoce formalmente sobre él. Los escasos datos que se desprenden de la investigación confirman que se trataba de un hombre solitario y aparentemente alejado de la religión y de sus costumbres. Un perfil complicado de investigar y de conectar con los focos más radicales del islam.
Se llamaba Mohamed Lahouaiej Bouhlel, tenía 31 años, nació en Túnez y el pasado 14 de julio, Día Nacional de Francia, se llevó por delante 84 vidas, entre ellas las de diez menores que murieron atropellados por el camión que el terrorista condujo a lo largo de dos kilómetros. La familia de Bouhlel vive en Msakin, una pequeña ciudad tunecina, y tanto su padre como su hermano están consternados.
Su padre, Monthir Bouhlel, ha confirmado que su hijo sufría una grave enfermedad psiquiátrica y que, en ocasiones, su comportamiento "era inestable y violento". "A veces solía tener crisis nerviosas y lo rompía todo". Además de los problemas psiquiátricos (su padre afirma que Mohamed estuvo acudiendo a un psiquiatra en el año 2004) se suman sus problemas conyugales. El terrorista, que estaba en trámites de separación antes de cometer el atentado, era padre de tres niños de 1, 4 y 6 años.
"Pasó periodos difíciles. Lo llevé a un psiquiatra y tomó varios medicamentos". Monthir intentó demostrar su versión mostrando una fotocopia de una receta médica del año 2004 a la emisora alemana RTL que recoge estas declaraciones. Esta versión ha sido confirmada por el supuesto psiquiatra que trató a Mohamed hace doce años en Túnez.
El experto ha sido entrevistado por el medio francés L'Express, donde ha confirmado que el terrorista "sufría una depresión y tenía crecientes estallidos violentos contra su propia familia". Además de ello, Bouhlel padecía una alteración de la realidad y un principio de psicosis. Según el psiquiatra, el terrorista poseía además claros complejos con su cuerpo y por ello "tenía la necesidad de muscularse".
Por otra parte, su hermano Jabeur se pregunta ahora, resignado, cómo pudo haber cometido tal crimen. La misma noche del atentado habló con él por teléfono y el terrorista le envió una fotografía de sí mismo en la que sonreía. "Ese último día me dijo que estaba en Niza con sus amigos europeos para celebrar la fiesta nacional. En la foto parecía muy contento". Aunque la familia asegura que no tenían demasiado contacto con él, un sobrino del terrorista llamado Ibrahim ha explicado que su tío preparaba un viaje a Túnez para reencontrarse con su familia después de haber pasado hasta cuatro años sin verse.
A pesar de cometer el atentado en nombre del Estado Islámico (el DAESH reivindicó su autoría un día y medio después) lo cierto es que, según los vecinos del terrorista, este no seguía los preceptos del islam. Bebía alcohol, se drogaba con frecuencia y no pisaba nunca la mezquina. La más cercana a su domicilio se encuentra tan solo a un kilómetro de distancia, donde sus asiduos afirman no haber visto jamás a Bouhlel pasar por allí.
Aunque parece complicado imaginar que una persona aparentemente tan alejada de la religión pudiera cometer un atentado yihadista, lo cierto es que el perfil de Bouhlel no es tan diferente al de, por ejemplo, los hermanos Saleh, autores de los atentados del 13 de noviembre en París. Tampoco acudían a mezquitas y fumaban y bebían alcohol con frecuencia.
¿Cómo es posible que los servicios de inteligencia franceses no tuvieran ningún registro de Mohamed Lahouaiej Bouhlel que lo relacionara con los focos yihadistas que se tienen localizados? El pasado sábado, el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, reconoció que Bouhlel se habría radicalizado de forma muy rápida y casi en solitario, aunque podría haber contado con la colaboración de algunas personas.
Dieciocho minutos antes de que comenzara la matanza en el paseo marítimo de Niza, el terrorista envió un mensaje a través de su teléfono móvil en el que solicitaba más armas. El receptor del mensaje fue detenido el pasado fin de semana y está siendo investigado por su presunta implicación en los atentados.
El golpe se preparó con sigilo. Poco a poco se desvelan más datos acerca de las últimas horas de Mohamed Lahouaiej Bouhlel antes de cometer su crimen. Cuatro días antes alquiló el camión con el que se llevó por delante a cientos de personas, y durante el martes y el miércoles (la masacre se llevó a cabo la noche del jueves) recorrió las calles del paseo de los Ingleses antes de que se tiñeran de sangre para reconocer el escenario en el que horas después moriría abatido por la policía.