Ha vuelto a pasar. La decisión de la justicia española de recurrir al auto del Tribunal de Estrasburgo por la puesta en libertad sin cargos del rapero Valtonyc no ha gustado a sus compañeros de profesión. La polémica ha vuelto a rodear al cantante Pablo Hasel después de que quemara una bandera de España durante la celebración del Festival de Música Urbana Reivindicativa (MUR), que tuvo lugar en Felanitx (Mallorca).
El evento, dedicado al prófugo en Bruselas, estuvo protagonizado por los discursos en contra del "Estado fascista" que fueron apoyados y vitoreados por las decenas de asistentes. Las redes sociales, en un tema tan comentado y controvertido como este, no dudaron en compartir lo que estaba ocurriendo, así como también lo han hecho numerosos medios de comunicación. Los vídeos que se han podido encontrar en redes evidencian su acción, que tomó justificación su odio hacia el Estado español: "No podemos tolerar el fascismo. Esta bandera no me representa porque no me representan los intereses de la oligarquía fascista. Muerte al Estado fascista, visça la república popular".
Hasel, de ideología comunista y antifascista, al igual que su amigo Josep Miquel Arenas Beltrán, nombre real del rapero mallorquín, también fue condenado en 2014 por enaltecimiento del terrorismo en sus polémicas canciones, aunque tras declarar ante la Audiencia Nacional fue puesto en libertad condicional sin fianza. Sin embargo, no sería la única vez que cometería actos que la ley española considera delito. En 2017, la Fiscalía llegó a solicitar que su condena se ampliara en cinco años por "calumnias e injurias contra la corona y las instituciones del Estado". Fue finalmente condenado a dos años y un día de prisión, más el pago de una multa que ascendía a 24.300 euros, aunque finalmente la Audiencia Nacional decidió dejar la primera condena en suspensión y reducir la segunda a 9 meses, la cual no es firme por estar pendiente de recurso en el Supremo.
Muchas han sido las formaciónes o personajes relevantes del círculo político que han condenado los hechos. Desde Ciudadanos Baleares lo ha hecho su portavoz Patricia Guasp; también el eurodiputado José Ramón Bauzá o Juan Carlos Girauta. La adjunta de Albert Rivera en Baleares considera que el festival tuvo lugar "bajo un lema con claro tinte independentista a favor de la libertad de los 'presos políticos' y cuyo cabeza de cartel es un condenado por enaltecimiento del terrorismo y amenazas e injurias a la Corona". De hecho, la política condenó la decisión del Ejecutivo de haber decido incluir los logos del Gobierno balear, apelando a que lo único que ha hecho es "disfrazar la subvención bajo el paraguas del apoyo a la cultural y a la libertad de expresión".
Por otro lado, de la misma manera que Armengol asistió al desfile del Día de la Hispanidaden Madrid, exige que el Govern "condene este lamentable acto de la quema de la bandera nacional". También lo ha hecho VOX, en palabras de su líder balear, Jorge Campos, quien ha acusado a la presidenta del Ejecutivo de "financiar el pancatalanismo".
Valtonyc no volverá "a cualquier precio"
A pesar de estar en Bruselas y no poder salir del país por petición de los tribunales que esperan llegar a una decisión sobre su situación a lo largo del mes de octubre, Valtonyc no quiso perder la oportunidad de reivindicar de nuevo lo que defiende y lo que realmente podría llevarle a prisión. Aunque inicialmente iba a realizar su aparición por videoconferencia, no pudo ser. Tenía que ser así, ya que tras ser condenado a tres años y medio de cárcel por la Audiencia, huyó a Bélgica por delitos de enaltecimiento e injurias a la corona, al igual que Hasel. Pese a que inicialmente aparecía en cartel, la organización decidió retirarlo y fue su hermana la que leyó un mensaje que él había dejado, por si algo salía mal.
El rapero echa de menos Mallorca, su casa, así como no poderse subirse allí a un escenario para interpretar su música. Recordó con añoranza y nostalgia lo que en Bélgica le es imposible de alcanzar. Ni allí, ni en ningún otro lado y es que a pesar de que no será extraditado dentro de los límites españoles, tampoco puede salir de Bélgica por órdenes estríctas de la justicia del país, hasta que resuelva de nuevo el caso el 6 de noviembre. Sin embargo, él seguirá siendo fiel a sus principios y aseguró que si vuelve a España será con sus "convicciones, ideas firmes y ganas de seguir luchando por una causa justa". "No será a cualquier precio y nunca pedirá pedirá perdón por desobedecer a un tribunal injusto y fascista", sentenciaba el discurso recitado por su hermana.
El MUR Festival, basándose en un referente previo que tuvo lugar en junio de 2018 y que también prestaba su apoyo a Valtonyc, reunió el 12 de octubre a una treintena de reivindicativos artistas que luchan cada día por la libertad de expresión o de los políticos presos en sus canciones. Una labor social que en muchos casos es condenada por los tribunales españoles y considerada así, constitutiva de delito. En su primera edición, sus organizadores no solo pretendían concienciar y extender un discurso basado la libertad de expresión, sino también dirigir este mensaje al colectivo LGTBI y a la mujer, así como defender el uso de la lengua catalana en la cultura y el ocio.
Lo ocurrido durante el concierto pone en el punto de mira al Govern balear, que subvencionó con 12.499 euros, procedentes de dinero público, la celebración del concierto. Esta subvención, que fue solicitada por Mulay Embarek, portavoz del Grupo de Apoyo a Valtonyc, procedía de una partida mayor entregada por el Institut de Estudis Baleatics, que contemplaba en sus presupuestos con el fin de contruibuir a la puesta en marcha de ferias y eventos culturales, como conciertos y festivales, en la comunidad autónoma.