El abandono del PP de la ya expresidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente y su paso como nueva líder de Ciudadanos, ha provocado todo un terremoto en la sede de la calle Génova.
Clemente, con más de dos décadas de experiencia política a sus espaldas, no ha dejado de provocar controversia entre los de Rivera porque está señalada en Gürtel: la UDEF la había vinculado a una mordida de 600.000 euros para Francisco Correa.
El perfil de esta nueva candidata de Ciudadanos puede dañar las perspectivas electorales del PP, que se prepara para una fuga significativa de activos hacia las filas de la formación de Albert Rivera.
Por ello, ante la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas, donde podría perder uno de sus grandes feudos, los de Casado han prometido dar la batalla. El primero en tomar la iniciativa ha sido el vicesecretario general de Organización del PP y gran aliado del presidente, Javier Maroto, que ha puesto en duda la honorabilidad de Clemente.
El líder popular, por su parte, no se ha quedado corto y ha lanzado una advertencia clara contra su nueva rival: "Estoy convencido de que ella no quiere hacer daño al PP porque sería, en cierta medida, hacerse daño a sí misma, a su trayectoria y a lo que ha defendido durante años", ha asegurado ante varios periodistas.
Silvia Clemente estaba fuertemente enfrentada con el nuevo líder del PP castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco. A pesar de que Casado ha "lamentado" la salida de la expresidenta de las Cortes regionales, también ha mostrado su apoyo "rotundo e inequívoco" hacia el líder popular de la región.
A pesar de todo, Casado ha asegurado que, a pesar de que la sorpresa "no ha sido agradable", se quedará con lo mejor de ella, que ha sido su trabajo en las Cortes y en las diferentes etapas en las que ha sido consejera de la Junta. No hay que olvidar que Clemente era un gran activo que se había mantenido en la primera fila política durante las últimas dos décadas.
Esperanza en el PSOE
Por primera vez en 32 años, el PSOE se encuentra con serias esperanzas de recuperar el poder en la Junta de Castilla y León, donde no gobierna desde el año 1987 (desde entonces lo ha hecho ininterrumpidamente el Partido Popular).
Las guerras internas en el seno de la formación conservadora pueden desestabilizar sus listas, en un momento en el que no hay constancia sobre el total de dimisiones que sucederán a Clemente. El PP de Castilla y León, sin duda, se encuentra abierto en canal en una situación prácticamente inédita a lo largo de su historia.
La subida de Ciudadanos será meteórica (actualmente solo poseen tres escaños de un total de 84), por lo que la formación de Albert Rivera necesita captar efectivos rápidamente de cara a las próximas elecciones y todo apunta a que el PP será su principal caladero. Esto sin duda, implicará que la formación de pactos electorales será mucho más complicada que en el resto de territorios.
Sin embargo, en la formación naranja también hay un serio debate interno, a cuenta de que Silvia Clemente no representa los anhelos de renovación que se está solicitando desde algunos sectores del partido. Las dudas sobre su posible futura imputación y su carrera política vinculada al pasado del PP pesan en torno a su más que asegurada candidatura.