La batalla en torno a la alcaldía de Madrid es importante si Pablo Casado quiere hacer una muestra de fuerza. La pérdida de poder en un bastión fundamental de los conservadores no es una opción, aunque la candidatura de Manuela Carmena supone un escollo mayúsculo.
Con Soraya Sáenz de Santamaría descartada de todas las quinielas, Casado cuenta en su cartera con tres nombres: María Dolores de Cospedal, José Luis Martínez-Almeida y Manuel Pizarro, tal y como relata el confidencial Moncloa.com.
La decisión debe tomarse en las próximas semanas, ya que el PP necesita realizar una fuerte labor para trabajar la imagen pública y generar un ticket electoral atractivo con el que mantener la Comunidad de Madrid y volver a ocupar todo el poder en la región.
El nombre de Pizarro cuenta con algunas fortalezas, como su currículum al frente de Telefónica y haber formado parte de la apuesta de Rajoy como ministro de Economía en las elecciones de 2008. Sin embargo, dentro de la formación conservadora dudan que sea conveniente, porque sólo podría conectar con los sectores más tradicionales del partido.
Por su parte, José Luis Martínez-Almeida ha logrado labrarse un fuerte perfil político como portavoz en el Ayuntamiento de Madrid tras la dimisión de Aguirre. Sin embargo, en Génova saben que su nivel de conocimiento es bajo y una candidata como Carmena exige personajes de gran relevancia.
A todo ello, se suma el interés de la dirección nacional por contar con personalidades que no hayan ocupado puestos de responsabilidad en el PP madrileño durante los años del aguirrismo. La caída de Cifuentes ha destapado todo un revuelo de dossieres, ha remitido al caso de los espías y ha servido para no olvidar la guerra sucia entre las familias del partido: "Ya no vale acabar con el adversario político, ahora también vale destruir a la persona. Estamos todos acojonados", reconocía un alto cargo de la formación madrileña a varios medios de comunicación.
La fortaleza de Casado en Madrid
Pablo Casado cuenta con un fuerte poder en Madrid tras crecer bajo el ala de Esperanza Aguirre y liderar las Nuevas Generaciones durante años. Por ello, no se descarta una apuesta similar a la realizada por UPyD durante el liderazgo de Rosa Díez: que el candidato sea relativamente conocido pero que esté constantemente vinculado al líder.
En ello, el presidente popular estaría presionando a la exsecretaria general del partido, María Dolores de Cospedal para que se presente al liderazgo en Cibeles: "ya no va a ser candidata en Castilla-La Mancha y para ella sería un buen retiro político", aseguran varios miembros del PP.
Cospedal no desagrada en el votante popular por aquel mensaje que pronunció durante el último congreso: "me he partido la cara por este partido". Además, escenificaría el esfuerzo de Casado a la hora de integrar otras candidaturas, a pesar de que ambos establecieron alianzas en la segunda vuelta con el fin de debilitar a "la pequeñita", como denominan a Soraya entre los enemigos del PP.
Las resistencias de Cospedal
Sin embargo, este camino cuenta con serias dificultades. Primero, porque Cospedal cuenta con menor autoridad fuera del feudo castellano-manchego. Segundo, porque ha mostrado mayor interés en hacer las maletas hacia Bruselas, donde relegaría a Esteban González Pons a una segunda posición (tras rechazar su candidatura a la alcaldía de Valencia).
Por otro lado, Cospedal cuenta con autoridad tras su decisivo apoyo en las primarias y el control del aparato durante años. "Estará donde ella quiera", llegó a espetar un miembro del Partido Popular perteneciente a la candidatura de Casado.
Por ello, el presidente necesita realizar un arduo trabajo si finalmente quiere que la exministra de Defensa llegue a Cibeles y dispute el bastón de mando de la capital. Con el consiguiente peligro, por cierto, de quedarse en la oposición, aquella de la que ya huyó en las Cortes de Castilla La-Mancha.
El futuro de Ángel Garrido se complica
El ticket electoral incluye a la Comunidad y aquí vuelven a surgir las dudas. El sucesor y mano derecha de Cifuentes, Ángel Garrido, no oculta su intenso interés por liderar la lista para retener la Puerta del Sol, pero no lo tiene fácil.
Primero, porque tras defender a Cospedal, optó por hacer un apoyo velado hacia Soraya (enfrentándose a Cifuentes), aunque finalmente reculó. Segundo, porque no ha conseguido labrar un perfil mediático ni político, a pesar de sus últimos intentos públicos por situarse en la cuerda ideológica de Pablo Casado.
En esta ola de incertidumbre suena el nombre de Antonio González Terol. El alcalde de Boadilla del Monte gobierna con mayoría absoluta en una tradicional plaza para los populares. Con 40 años, ofrece además cierta imagen de regeneración y ruptura con el pasado, algo que le diferencia de Cospedal y que serviría para recuperar plazas en el cinturón rojo (es decir, los municipios del sur como Alcorcón, Parla, Fuenlabrada o Móstoles).
Esta estrategia ya se testó en 2015 con Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. En mitad de escándalos de corrupción, se consiguió mantener la Comunidad de Madrid y se perdió el Ayuntamiento por un resultado muy ajustado.
Sin embargo, el PP tiene que enfrentarse al efecto Ciudadanos, que gana enteros en la región y que podría relegar a la formación conservadora al tercer puesto el consistorio capitalino. O, algo mucho peor para el PP: perder la Comunidad de Madrid, necesaria para llegar a las generales con la condición de 'voto útil' de la derecha que ya se tambaleó con el último resultado de las elecciones catalanas.
