El líder del Partido Popular, Pablo Casado, continúa materializando el giro de timón con el que espera recuperar el votante de centro y levantar el suelo de 66 escaños que pisó la noche del 28 de abril.
Consciente de su debilidad parlamentaria, el líder conservador tiene la intención de dejar de lado su tono combativo frente a Pedro Sánchez, para adoptar un papel institucional e intentar atribuirse algún logro del actual Ejecutivo.
El plan de Casado pasa por adoptar el modelo de la 'gran coalición' que exigieron a Pedro Sánchez durante la investidura de Rajoy, aunque sin llegar a este extremo. Es decir, que ambas formaciones consigan adoptar pactos de Estado en materias importantes.
Esa será su intención este lunes 6 de mayo, cuando Sánchez iniciará su ronda de contactos en el Palacio de La Moncloa con el resto de líderes de la oposición. Casado será el primero en reunirse, ya que Sánchez ha optado por ordenar las visitas en función de la representación parlamentaria, en un gesto que no ha sido del agrado del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias y socio en el anterior Ejecutivo.
Cinco pactos
Esa reunión, espera Casado, será el inicio de un plan de cinco pactos a desarrollar durante la presente legislatura aprovechando la mayoría absoluta en el Congreso que aúnan PP y PSOE.
Uno de ellos sería en materia de violencia de género. Se trata de un asunto controvertido en la actual dirección de Génova, que ha negado su existencia en destacadas ocasiones (sobre todo por parte de Cayetana Álvarez de Toledo e Isabel Díaz Ayuso), proponiendo su reconversión por una Ley de Violencia Intrafamiliar similar a la presentada por VOX.
El PP ahora ha rectificado y asegura que quiere apoyar el actual pacto de Estado contra la violencia de género, así como actualizar los relacionados con las materias de Defensa, Infraestructuras y la denominada como 'Silver Economy', es decir, lo relacionado con la actividad y consumo de la tercera edad, como dependencia o políticas contra la soledad,
Los nuevos asesores de Casado piden no polarizar tanto en Sánchez, dejar el tono combativo y dejar en un segundo plano la cuestión catalana; para centrarse en más asuntos sociales, centrarse en la experiencia de gestión y adoptar un papel institucional. Por ello, se habla de dejar atrás las 'medias tintas': nada de abstención; si no apoyo expreso a las medidas que podrían atribuirse de cara a una futura campaña electoral. Es decir, aquella 'lealtad institucional' de la que habló el PSOE durante la aplicación del 155 y que le ha ayudado a la hora de enfrentar las acusaciones sobre su papel en el desafío independentista.
La 'joya de la corona': economía e impuestos
La gran 'joya de la corona' del centroderecha siempre se centra en las recetas económicas liberales, es decir, bajada de impuestos y activación del sector empresarial. Una cuestión a la que no se dio el suficiente protagonismo durante la pasada campaña y que ahora se espera retomar.
En este sentido, Casado pretende destacar sus ofrecimientos de pactos a Sánchez y, en el caso de descartarlos, aprovechar la situación para desplazar al líder socialista del centro: "Se le ofreció nuestro apoyo en los presupuestos para bajar impuestos, para amortizar deuda y para reducir el déficit y la contestación fue pactarlos con Podemos", aseguran fuentes del líder popular al diario El Español.
La cuestión es, por tanto, tomar una iniciativa con la que recuperar el centro y adoptar el papel del líder del bloque conservador frente a Ciudadanos, que ya amenaza con sorpassos en las elecciones municipales y autonómicas en plazas de calado como Madrid.