La continuidad de España depende de Pablo Casado. Ese es el mensaje que ha enviado el líder de la formación conservadora, que cree que la aprobación de los indultos busca, de forma colateral, hacer desaparecer al PP.
"Los nacionalistas quieren que España y lo que representa deje de existir. Sánchez quiere que el PP y lo que representamos deje de existir. Los nacionalistas necesitan a Sánchez para que España deje de existir y Sánchez necesita a los nacionalistas para que el PP deje de existir. Ese es el pacto de los indultos trampa. Punto. Por eso, que el PP se mantenga en su sitio y que gane las próximas elecciones es indispensable para la continuidad histórica de España", ha afirmado Pablo Casado.
No es la primera vez que Casado asegura que el Gobierno busca acabar con él. El pasado mes de diciembre, llegó a compararse con la oposición venezolana, cuyos dirigentes se encuentran encarcelados o en el exilio en estos momentos, asegurando que con la pandemia se corría el riesgo "de no ser españoles los que quieran que sean, sino el resultado de la ingeniería social de un Gobierno".
A pesar de este discurso beligerante (o quizás debido a ello), el líder del PP se encuentra en un momento de cierta debilidad al ver cómo se alejan de él dos sectores que tradicionalmente han aprobado sus propuestas con gran entusiasmo.
Tanto la Iglesia Católica como el jefe de los empresarios, el presidente de la patronal CEOE Antonio Garamendi, han salido a la palestra para apoyar la medida de gracia del Gobierno, defendiendo que puede traer estabilidad al país y resquebrajando la estrategia de oposición de Casado.
El líder del PP ha ido hacia adelante y se ha enfrentado incluso, en algunas ocasiones, a ellos, en declaraciones nunca vistas antes, que rompen relaciones del PP con el mundo empresarial de primer nivel (al estilo de lo que vivió Convergencia en su época, por razones contrapuestas, pero con resultados que podrían pronosticarse). Así hablaba retóricamente sobre el acto de Sánchez en el Liceo: "Una supuesta sociedad civil, rota y débil, entregada a un Gobierno con dinero, pero sin principios [...] Nuestros únicos accionistas son los españoles [...] No nos debemos a ningún editorial, a ningún consejo de administración".
Más tarde, el PP lanzó una campaña en redes sociales para atacar al presidente del Gobierno sobre los indultos, en este caso, centrándose en sus comparaciones. Sin embargo, el PP corre el riesgo de quemarse: ya ha atacado a la monarquía, a la Iglesia y a los empresarios en su batalla contra la medida de gracia.
Pide a sus barones defender que el indulto es inconstitucional, algo falso
Pablo Casado tampoco encuentra problema para defender algo que, en teoría, es falso, aunque no sería la primera ocasión. La dirección del PP ha pedido a todos sus cargos que defiendan que los indultos están al margen de la ley y la Constitución, las mismas normas que, precisamente, usó su partido para indultar a un kamikaze en 2012 o a condenados por los GAL. Hablamos de la propia Constitución de 1978 y de la medida de gracia contemplada en una legislación vigente desde 1870.
El PP está enviando un argumentario interno a todos sus cargos en el que repite que Pedro Sánchez "está desmontando el estado de derecho para seguir en el poder". Siguiendo esta tesis, conceder los indultos implica "traicionar a los españoles al no cumplir con su juramento de defensa de la Constitución".
Sin embargo, esa concesión está avalada por la Carta Magna y la Constitución. También por el Consejo de Europa, que ha expresado su apoyo a esta medida. En cuanto a la firma del rey, una alusión enviada por Ayuso y que generó malestar en el PP, el rey tiene la función constitucional de firmar todos los acuerdos adoptados en el Consejo de Ministros, sin capacidad de oponerse a ellos.
Casado, sin embargo, ha obviado todos estos detalles y ha apelado a una suerte de preludio de una dictadura: "Quien ha enfrentado la democracia a la ley, ha acabado creando los regímenes más terribles de la historia de la humanidad".