El debate sobre si centrar el PP o mantener el giro hacia la derecha está abriendo en canal a la formación conservadora. Nadie quiere volver a vivir el descalabro electoral del 28 de abril, pero las lecturas difieren: el aznarismo considera que Casado vive la herencia del marianismo y los díscolos opinan que el PP ha girado extremadamente hacia la derecha.
Esos díscolos son, principalmente, los barones. Personas de peso y respetadas en el PP como Juan Vicente Herrera (Castilla y León) y sobre todo, Alberto Núñez Feijóo (Galicia). A ellos se une la persona más beligerante, la asturiana Mercedes Fernández, completamente enfrentada a la dirección. ¿Cuál es su principal argumento? Que las listas elaboradas por ellos al Senado superaron concreces las impuestas por Génova en el Congreso.
Sin embargo, la guerra interna permanece soterrada hasta conocer el resultado de las elecciones de este mes de mayo, una especie de segunda vuelta en la que el PP se juega seriamente su papel como partido líder del centroderecha frente a Ciudadanos.
Pero ello no quita que los barones y díscolos se expliquen en privado. Así sucede en las reuniones internas, en las que piden elegir un relevo inmediato al secretario general Teodoro García Egea, el principal responsable de imponer listas en los territorios. Ni siquiera Cospedal llegó a generar el nivel de suspicacias que está acumulando su sucesor.
Por el momento, la principal recomendación de los líderes regionales y personas importantes como Margallo se centran en "ensanchar" el círculo de asesores del presidente, extremadamente cerrado.
"Han secuestrado a Pablo Casado"
La afirmación más gráfica parte de uno de esos líderes que no quiere mostrar su identidad, pero que ha confesado toda su visión al periodista Javier Casqueiro del diario El País.
Su postura, que parece contar con el aval de los barones, es que Casado ha abrazado excesivamente el "aznarismo más duro y revanchista". No hay que olvidar que detrás del líder se sitúan todos aquellos que perdieron el Congreso de Valencia de 2008, entre ellos Esperanza Aguirre, que culpa a Rajoy de los malos resultados y dijo en la recepción del 2 de mayo: "Rajoy mandó a los liberales y conservadores fuera del partido. Supongo que se refería a mí. Pero yo no me fui".
En ese círculo duro sitúan también a Javier Fernández Lasquetty, su jefe de gabinete, Carlos Aragonés o Cayetana Álvarez de Toledo. También a Adolfo Suárez Illana, al que sitúan en el "ala más dura de la derecha". Entre ellos también hay plataformas relevantes, como los ultraliberales del club Floridablanca, liderados por Isabel Benjumea, con ideas fuertemente conservadoras y completamente enemistados con Mariano Rajoy y su séquito.
Según los barones, todos ellos "han secuestrado" a Pablo Casado y les culpan, entre otras cosas, de perder "a chorros" el voto femenino: "El PP de siempre es de centro y más amplio", opinan.
"Parecen chavales de Nuevas Generaciones llevando una campaña"
Las críticas también señalan la falta de experiencia del líder del PP y el alejamiento de los pesos pesados que han ostentado responsabilidades de Gobierno durante los últimos años, más cercanos a la realidad actual, frente a quienes manejaron el timón de mando hasta el año 2004.
"El equipo de Casado se ha equivocado al prescindir de gente próxima a Soraya Sáenz de Santamaría, con los conocimientos de Fátima Báñez o José Luis Ayllón, y al abrir heridas innecesarias sin la complicidad de las organizaciones territoriales a las que se han impuesto las listas desde Madrid", señala otro dirigente regional.
Ese es otro de los problemas que señalan los díscolos. Los fichajes 'estrella' como Juan José Cortés como número 1 por Huelva, han enfrentado al presidente con las federaciones regionales y han perdido votos que podrían haber captado otros dirigentes ya asentados entre los votantes fieles. Porque el PP, a diferencia de los nuevos partidos, tiene experiencia de Gobierno y no necesita rellenar listas con personalidades mediáticas.
"Parecen chavales de Nuevas Generaciones llevando una campaña de elecciones generales por tanta improvisación y concatenación de errores", valora este dirigente. Eso es precisamente lo que se valora sobre la candidata madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que no ha ostentado responsabilidades de peso hasta la fecha. Ambos, Ayuso y Casado, no se dejan asesorar por personas que saben cómo ganar elecciones y cómo gobernar. O así, al menos, lo valoran los díscolos. Y creen que hasta que no haya un cambio en todos estos sentidos, el PP podrá seguir derrumbándose y bajar aún más su suelo electoral de 66 diputados.