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¿Por qué aparece ahora Pablo Casado con barba? La estrategia del presidente del PP

El líder del PP consiguió quitar protagonismo a la persona que debía centrar todas las miradas aquella jornada: Isabel Díaz Ayuso.

¿Por qué aparece ahora Pablo Casado con barba? La estrategia del presidente del PP

La investidura de Isabel Díaz Ayuso como nueva presidenta de la Comunidad de Madrid ha generado un auténtico revuelo en la política nacional. La persona que se convertirá en la baronesa más importante del PP se ha alzado el bastón de mando entre sospechas por irregularidades en su pasado y con un retorno del aguirrismo que parecía definitivamente enterrado con Cristina Cifuentes.

Pero, aunque Ayuso era la protagonista indiscutible de la jornada, hay una persona que consiguió despertar miradas: Pablo Casado. El líder del PP se desplazó desde sus vacaciones en Ávila para arropar a la nueva lideresa y atrajo todas las miradas por una cuestión banal: un cambio de look. Se había dejado barba.

Pablo Casado acaparó todas las miradas durante la investidura de Díaz Ayuso con su cambio de imagen
"Pablo Casado acaparó todas las miradas durante la investidura de Díaz Ayuso con su cambio de imagen"

Sin duda, la imagen ha convertido a Casado en centro de debate y ha permitido hacer unos cuantos artículos, pero sobre todo ha conseguido algo: dejar claro que Pablo Casado estaba allí. Que ningún fotógrafo ni ningún medio se iba a marchar de la Puerta del Sol sin mostrar una imagen del presidente popular ocupando un lugar destacado.

Porque Pablo Casado necesitaba, sin duda, escenificar su asistencia a la investidura de Isabel Díaz Ayuso y, sobre todo, mostrar que manda en el PP. El hito de retener la Comunidad de Madrid ha sido un auténtico salvavidas para su liderazgo y ha acallado a los barones díscolos que veían en Ayuso una apuesta perdedora (y, sobre todo, una apuesta personal de Casado, el responsable último al que querían exigir responsabilidades).

En la toma de posesión, Ayuso cedió parte del protagonismo a Casado por este comentario anecdótico, que los asesores del presidente popular achacan a que olvidó la maquinilla antes de salir de vacaciones y señalan que volverá a aparecer afeitado en su próxima aparición. Cuesta creer en casualidades cuando hablamos de una aparición pública que, sin duda, acapara todas las portadas en pleno agosto.

Los esfuerzos de Casado por controlar al PP de Madrid

El protagonismo de Casado en la toma de posesión de Díaz Ayuso también esconde el ingente esfuerzo del líder por controlar al PP de Madrid. Porque nadie puede olvidar que esta organización lleva actuando como contrapeso nacional desde la época de Alberto Ruiz Gallardón y sus ambiciones para convertirse en futuro líder nacional. Aguirre y Cifuentes también siguieron esos pasos (el caso de la primera fue el más explosivo), dando buenos dolores de cabeza a Mariano Rajoy.

La federación madrileña del PP siempre ha ejercido como contrapeso a Génova
"La federación madrileña del PP siempre ha ejercido como contrapeso a Génova"

Ahora, la sintonía entre Ayuso y Génova es total. Ambos se conocen desde la era de Nuevas Generaciones, han crecido bajo el ala de Esperanza Aguirre y son muy afines ideológicamente. Pero Casado sigue sin fiarse. Quizá por ello le ha colocado a Javier Fernández-Lasquetty, que iba a ir en Presidencia para coordinar su Ejecutivo, pero finalmente apunta más alto: Hacienda. Será el responsable de organizar la caja del Gobierno, aplicar el dogma económico liberal más puro y, con ello, escenificar cómo sería un gobierno de Pablo Casado bajo la nueva ideología del PP. Esa es la principal intención de la actual dirección nacional del PP y parece que Génova tendrá buena mano a la hora de organizar las políticas en una región que vuelve a convertirse en el laboratorio de ideas de los conservadores.

Él será el responsable de controlar a Ayuso, que ha consensuado gran parte de los nombres de su gobierno con Génova. ¿Y quién controlará el PP de Madrid? Esa es otra incógnita que apunta hacia una dirección: un líder diferente a Ayuso. Bicefalia. Es decir, una persona para el partido y otra para el gobierno. Casado quiere trocear el poder en Madrid y, con ello, evitar a nadie que pueda desestabilizar un liderazgo que se consolida aunque con muchos flecos. Y parece que Ayuso, al menos por el momento, no pondrá pegas: se ha contentado especialmente de conseguir el bastón de mando en la Puerta del Sol. Falta ver hasta qué punto tiene capacidad de manejo.

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