Los argumentos del Kremlin sostienen que la invasión rusa sobre Ucrania se fundamenta en el supuesto avance de los países miembros de la OTAN hacia el este de Europa. La Alianza Atlántica es la unión militar de Estados Unidos, Canadá y varios países europeos que representaba al bloque occidental durante la Guerra Fría y, tras la caída del telón de acero, sí se amplió hacia el este con la incorporación de 14 países.
De hecho, esta organización ya mantiene fronteras directas con Rusia, entre ellas con terrenos que pertenecieron al bloque soviético como dos repúblicas bálticas (Estonia y Letonia), incorporadas en marzo de 2004. Ucrania planeaba su integración por una cuestión defensiva y otros países como Finlandia o Suecia, previo a esta crisis, si quiera lo planteaban.
Putin, en su particular idea delirante, considera que el avance constante de las fronteras de la OTAN hacia el este y las intenciones de cubrir toda su frontera constituyen una seria amenaza. ¿Se prepara una invasión a Rusia? ¿Se busca minar su capacidad de influir en los territorios que anteriormente se han visto hermanados culturalmente y que consideran a Moscú como en Occidente, por ejemplo, se considera a Londres o a Nueva York?
La URSS y sus repúblicas anexas constituían, también, una especie de cordón sanitario que defendía a la gran madre Rusia. Una serie de territorios interpuestos entre Rusia y el enemigo como primera línea de batalla para que Rusia nunca fuera realmente atacada o, en su defecto, sufriera lo más mínimo. Una visión de seguridad amparada en una óptica imperial bajo la cual Rusia debe ocupar la máxima influencia posible y mantenerse como una de las mayores potencias culturales y sociales del planeta. Como en el pasado.
Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)
Uno de los paraguas institucionales para aglutinar a sus países satélites y gobiernos títeres, bajo el mantra de la defensa, es la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Se trata de una suerte de OTAN, aunque las diferencias entre ambas son completamente diferentes.
Mientras que la OTAN se trata de una organización de defensa de intereses compartidos en la que cualquier agresión a un miembro se considera una agresión a toda la comunidad; hay heterogeneidad entre los grupos, no todos defienden los mismos intereses, no hay un bloque compacto.
En el caso de la OTSC, sin embargo, sí hay un punto en común: todos los países están regidos por presidentes que casualmente ganan sus elecciones con resultados que superan el 80-90%. Todos, además, son afines a Vladímir Putin, que no ha dudado en ayudarles cuando han sufrido algún tipo de revuelta interna y al que han respondido con todo tipo de contraprestaciones. Con la sorprendente excepción de Kazajistán (país en el que recientemente la OTSC actuó para reprimir las protestas que reclamaban democracia a su presidente), de hecho, la mayoría de los miembros están siendo ampliamente leales en Ucrania.
En la OTSC se encuentran los siguientes miembros: Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Ninguno representa un sistema democrático. Si Ucrania finalmente resulta plenamente invadido y con un gobierno similar al bielorruso, es decir, bajo las órdenes del Kremlin, es altamente probable que el país quede plenamente integrado en la OTSC.
Esto implicaría que se elimine el deseo, que actualmente consta en la constitución ucraniana, de incorporarse a la OTAN. Ucrania pasaría de ser un país oficialmente alineado con occidente a estar situado en la órbita de Moscú.
Países de la órbita soviética y Ucrania
La OTSC, en definitiva, funciona como una especie de OTAN, pero solo acoge a países próximos a Rusia que mantienen un sistema político autocrático, cuando no dictatorial y con unas directrices muy enfocadas a las marcadas por el presidente ruso Vladímir Putin.
Las acusaciones sobre la intención de situar en Ucrania a una especie de 'títere',, al estilo de lo intentado con Yanukovich en el año 2010, que terminó en el Euromaidán y la invasión de Crimea, son factibles. Bielorrusia es un ejemplo de lo que podría suceder.
Ucrania es visto por muchos rusos como un país que no puede actuar de una forma autónoma y en un bloque diferenciado, puesto que se considera parte de la propia Rusia y Putin, con una ideología ultranacionalista, es capaz de llevar esta máxima hasta las últimas consecuencias. La hipotética incorporación de Ucrania a la OTSC sería la puntilla en caso de que toda la operación militar funcionase.