El discurso de Oskar Matute (EH-Bildu), anunciando su abstención para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, generó un fuerte rechazo entre la bancada conservadora. El motivo: vinculaban al parlamentario con la banda terrorista ETA.
Los más beligerantes, en este caso, fueron los diputados de VOX, que abandonaron el hemiciclo. Entre ellos, el líder del partido, Santiago Abascal, que curiosamente compartió la ponencia sobre la Ley de Víctimas con el propio Oskar Matute cuando el primero era parlamentario del PP y el segundo de Alternatiba (una marca de IU) y que finalmente fue aprobada por unanimidad.
El parlamentario, actualmente en EH-Bildu, nunca mostró especial simpatía por el terrorismo. Más bien al contrario. Quizá por ello participó en las manifestaciones de Ermua en 1997 para condenar el asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Más tarde, en 2004, cuando ejercía como parlamentario de Alternatiba, criticó en el Parlamento vasco y dijo ante Otegi que ETA "es uno de los factores que oprime y que hace que esta sociedad no sea justa e igualitaria" y señalaba a las víctimas de la "represión, la amenaza y la extorsión" a la que la banda terrorista sometía a parte de los ciudadanos.
De hecho, el parlamentario pronunció aquellas palabras en medio de una enmienda a la totalidad de Herri Batasuna y alababa el sistema "que ha permitido los mayores niveles de autogobierno de nuestra historia". En aquella época, la banda terrorista continuaba asesinando a dirigentes políticos que se oponían al mantenimiento de la violencia.
Otros miembros de Bildu que se opusieron a la violencia y el caso polémico de Mertxe Aizpurúa
El resto de parlamentarios de Bildu mantienen trayectorias completamente diversas. Por ejemplo, Jon Iñárritu, parlamentario por Gipuzkoa, procede de Aralar, un partido abertzale abiertamente crítico con la vía que ETA mantuvo durante la época en la que asesinaba a disidentes políticos.
Otro de los casos lo representa Iñaki Ruiz de Pinedo, exmiembro de Batasuna que abandonó el partido cuando ETA rompió la tregua en el año 1998. No volvió a participar en el entorno abertzale hasta que desapareció el terrorismo.
También se encuentran casos de etapas posteriores. Por ejemplo, Bel Pozueta, la madre de uno de los condenados por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua en el año 2016.
En el caso de Mertxe Aizupurúa, la parlamentaria que intervino en la primera sesión, procede de Batasuna y fue condenada a un año de prisión en octubre de 1984 por "apoyar el terrorismo", según reza la sentencia, lo que le valió un año de inhabilitación para ejercer el periodismo.
Aizpurúa, que ejercía entonces como periodista, escribió un texto titulado 'Por los gudaris de ayer y de hoy' donde, según el Ministerio Público, se reflejaba "una finalidad ostensiblemente enaltecedora de quienes se integran actualmente en los grupos armadas terroristas de signo independentistas".
El periodista Carlos Dávila ha señalado sobre ella: "Mertxe Aizpurúa formó parte de un colectivo que amenazaba a todo el mundo que hablaba en contra de ella y era la responsable de todas las dianas que se ponían en Egin apuntando a políticos o periodistas".
La desaparición de ETA y el rechazo a la violencia valieron el apoyo del TC
Jon Iñarritu asegura que la desaparición de ETA fue fundamental para articular una coalición como la que actualmente representa Bildu: "Unos venían de Batasuna y otros de partidos contrarios a la violencia. Desaparecida ETA, que nos separaba, la defensa del derecho a decidir y de los derechos sociales nos unió. Todos los partidos, incluido el PP de Aznar decían, cuando actuaba ETA, que sin violencia las ideas independentistas podían defenderse por vías políticas. Eso es lo que hicismo con Bildu".
De hecho, el Tribunal Constitucional reconoció su legalidad poco antes de la campaña a las municipales de 2011, cuando el partido rechazó la violencia en sus propios estatutos.
Sin embargo, PSOE y PNV, condenados a entenderse con Bildu también en Navarra y País Vasco, no dejan de exhibir cuál es el principal problema que todavía encuentran con Bildu a la hora de relacionarse con este partido: la falta de una condena clara y rotunda a la violencia de ETA. Eso es lo que señalan ambos partidos como uno de los ejes que encuentran para incluir definitivamente a Bildu dentro del normal juego democrático.