A pesar de su mala relación con Puigdemont y JuntsXCat, el expresident de la Generalitat catalana, Oriol Junqueras, no ha sido apartado de su influencia dentro del Govern.
Su posición como, aún, líder de Esquerra Republicana, es vital para sostener el gobierno de Quim Torra. Como consecuencia de ello, las autoridades le han concedido un despacho privado en el área de Psiquiatría de la cárcel de Llenoders donde realizar todas sus gestiones y ordenar a sus subordinados, tal y como relata El Español.
La situación es tan excepcional, que incluso, el exvicepresident estaría elaborando el Boletín Oficial de la Generalitat en este psiquiátrico. También tendría derecho a un número de visitas muy superior al resto de presos y visitar espacios a los que no debería acceder, en virtud del cargo que ostenta de facto.
El poder de Junqueras dentro del Govern es muy superior a lo que aparenta. Puigdemont continúa aislado en Bruselas, mientras que Junqueras tiene acceso directo a los parlamentarios y mantiene la épica del encarcelado por el procés. A todo ello se suma el débil poder de Quim Torra, más centrado en ejercer como activista que como president, con el Parlament inactivo y con pérdida de influencia entre su equipo más cerrado.
Las reuniones se podrían haber producido igualmente en los denominados 'vis a vis', con salas con espacio para hasta cuatro personas. Sin embargo, una de las fuentes de El Español asegura, literalmente, lo siguiente:"El problema es que no puedes mezclar a Lluís Llach con los gitanos del vis a vis. Así que la prisión le ha habilitado a Junqueras el ala de Psiquiatría. Es en ese despacho donde Junqueras trabaja de forma natural".
Los privilegios aumentan también a otras áreas, como las comunicaciones por el exterior. Según los responsables citados, el líder republicano se estaría llegando a reunir hasta cuatro veces diarias con Gabriel Rufián o la monja Sor Lucía Caram. Para ello, se utiliza el régimen de autoridades, a pesar de que no contempla el encuentro con personas concretas, sino con cargos de la Administración a nivel genérico.
La frecuencia de encuentros de este tipo es sorprendentemente alta e, incluso, supera a los mantenidos con su propia esposa, a la que estaría viendo al menos "tres o cuatro veces al mes".
Todos los privilegios que estarían disfrutando habrían comenzado, incluso, antes de su llegada. Para ello, señalan la salida de siete presos de la mejor zona de las instalaciones, la que tiene vistas a la denominada como Calle Mayor, que tiene vistas al interior. Allí se instalaron y tuvieron la oportunidad de disfrutar de una televisión nada más llegar, cuando los trámites suelen durar dos o tres días, según denuncian los funcionarios.
Quejas por parte de los miembros del exGovern
Algunos de los miembros que comparten centro con Junqueras han mostrado su disconformidad con la excesiva frecuencia de los encuentros. Consideran que la agenda mantenida en la cárcel no se corresponde con la que se mantiene cuando se encuentra en las instituciones e, incluso, estarían evitando algunas reuniones de menor importancia con la excusa de que coincide con la hora de la piscina o de la misa.
El personal del centro penitenciario también duda de que se estén realizando los cacheos reglamentarios a las personas que entran a visitar a los políticos encarcelados. De hecho, hay constancia formal de que todos los guardaespaldas entran y salen constantemente sin ningún tipo de control.
Mientras tanto, los presos continúan en prisión provisional a la espera de que la Justicia emita una sentencia firme. La situación, por otro lado, se antoja más positiva para los Jordis, cuya liberación ya ha sido solicitada por Amnistía Internacional, no así como para los miembros del exGovern.
