La familia real por excelencia siempre ha sido la británica y con ello su residencia, el Palacio de Buckingham, la residencia de la reina Isabel II. Este lugar no le corresponde como tal a la reina, que pese a ser su vivienda, su propiedad corresponde a aquel monarca o regente que ostente el poder en el trono, al igual que muchas de los bienes con los que cuenta como el castillo de Windsor o algunas joyas. Así, tenemos que diferenciar entre los bienes privados y los que forman parte exclusivamente de la Corona británica.
Algunos estudios han intentado en numerosas ocasiones calcular el total exacto al que ascendería el patrimonio de la Corona inglesa actual, sin embargo, debido al número de posesiones con las que cuenta, resulta impreciso llegar a una cifra con exactitud, aunque el ranking del Sunday Times hablaría de 412 millones de euros de patrimonio privado, del mismo modo que otros cálculos apuntan a que la reina Isabel tendría en su poder más de 14.300 millones de euros si juntamos todas sus posesiones y su valor neto.
Pese a las quejas de muchos españoles en torno a lo que cuesta mantener la monarquía en suelo patrio, los británicos no deben tener mayor reticencia, pues los gastos de manutención de la monarquía en el país se han establecido en 65 céntimos por persona, lo que nos llevaría a reflexionar sobre su más que evidente rentabilidad.
¿Cuáles son sus fuentes de ingresos?
La que pudiera ser la tercera familia real más rica de Europa no obtiene su patrimonio únicamente del legado procedente del histórico imperio británico, sino que las fuentes de ingresos a partir de las que recibiría y se podría valorar su capital son considerablemente numerosas: el Ducado de Lancaster, el Crown Estate y varias propiedades privadas, entre joyas, obras de arte y sellos postales, además de acciones en empresas privadas. A veces no es cuestión de cantidad, sino de estrategia y es que la reina Isabel II ha sabido jugar muy bien sus cartas.
El ducado de Lancaster es probablemente la fuente de ingresos más antiguas de Isabel II de Inglaterra, pues su legado procede de 1399, este incluye 18.000 hectáreas de tierras y propiedades inmobiliarias fuera de casi cualquier órbita que esté al alcance humano, entre ellas 9 castillos que le han proporcionado a la aristócrata 22 millones de euros en 2018. Estos ingresos fueron un misterio hasta que los Papeles del Paraíso desvelaron las inversiones de Isabel II en un fondo de las Islas Caimán. El propósito de estos papeles no es otro que sacar a la luz a evasores de impuestos en paraísos fiscales, por lo que la soberana del Reino Unido paga impuestos desde el año 1993.
Otro estipendio que le corresponde a la reina es el que procede de un acuerdo con el Parlamento británico que data de 1760. Este establecería que las ganancias que den las tierras pertenecientes a la Corona serían destinadas al Tesoro y por lo tanto, el monarca que se encuentre en el trono recibiría anualmente una cuantía por ello. Entre estas tierras se encuentran actualmente 106.000 hectáreas de granjas; 11.000 de bosques; propiedades valoradas en 16,7 billones de euros a lo largo de toda la geografía británica; el fondo marino del país, del que formarían parte alrededor de 30 parques eólicos en alta mar; el St. James Market y Regent Street en Londres; el palacio de Buckingham y el castillo de Windsor. Se deduce por tanto, que la mayor parte de los ingresos procede del cobro de estas ganancias, en su mayoría el arrendamiento de propiedades, de las que recibe un 15% de las ganancias.
Por otro lado todos los ingresos que generan el castillo de Balmoral, conocido por ser la residencia de verano oficial de la monarca, y el castillo de Sandringham. Isabel II a su vez cuenta con joyas personales, cuyo valor oscilaría entre los 3.500 y 5.500 millones de euros, además de obras de arte y una gran colección de sellos postales, en posesión de la familia real británica desde el siglo XIX. Las acciones de la reina de Inglaterra también son una gran importante fuente de ingresos, pues alcanzan un valor en bolsa de 154 millones de euros.