El Orgullo LGTBI de Pittsburgh tendrá este año otro nombre: 'EQT Equality March'. La decisión no es arbitraria: el evento va a ser patrocinado por la empresa Equitable Gas (EQT) y por ello tendrá otro nombre.
Dejando de lado la discutible decisión de realizar un patrocinio tan marcado en un evento reivindicativo tan necesario en plena era Trump, la elección de la empresa para ser protagonista en pleno Orgullo ha sido completamente polémica: EQT ha sido noticia por, entre otras cosas, donar 10.000 dólares a Bill Shuster, un republicano que criticó la decisión del Supremo de tumbar la DOMA, una ley que restringía el matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer y que dificultaba el matrimonio igualitario. Shuster calificó a los magistrados como "un puñado de jueces activistas".
Por otro lado, la empresa también donó 7.500 dólares al congresista republicano Tim Murphy, que votó en contra de prohibir a las empresas contratadas con fondos federales discriminar a sus empleados LGTBI.
A todo ello se unen los desastres medioambientales de los que EQT ha sido responsable o el simple hecho de continuar realizando el fracking, una técnica de extracción de gas muy peligrosa para el medio.
A pesar de todo, la empresa continuará hacia adelante para patrocinar el Orgullo Gay de la localidad, a pesar de haber financiado todo tipo de polémicas para torpedear los derechos de los homosexuales.
No es la primera vez que esto sucede. Unos años atrás, la organización se vio obligada a cancelar un concierto de la cantante Iggy Azalea por las decenas de comentarios homófobos que la intérprete había soltado a través de las redes sociales. La gente salió en protestas y finalmente fue la propia organización la que se vio obligada a cancelar el concierto y a sustituir la participación de la cantante por la de Nick Jonas.
Un Orgullo alternativo
Ante la polémica surgida por la organización de este evento, el resto de asociaciones han querido actuar. Quien se ha puesto las pilas ha sido la asociación Sisters PGH, que ya ha anunciado otra manifestación inmediatamente después de la oficial, a la que han decidido llamar "The People's Pride" ("El Orgullo de la gente"), con el fin de fomentar la parte más reivindicativa de la jornada. El lema, 'RESIST', es toda una declaración de intenciones.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de la Casa Blanca, ya se ha extendido el número de ciudades dispuestas a abandonar la parte más lúdica de la jornada por la más reivindicativa.
En Los Ángeles, por ejemplo, se han decidido eliminarlas carrozas y dejar únicamente una gran manifestación a lo largo de la ciudad para mostrar el rechazo a las políticas que el presidente republicano está llevando a cabo en el país norteamericano. Su gesto, sin embargo, ha servido para que pierdan a prácticamente todos los patrocinadores (sólo ha quedado uno). Un problema que puede poner en peligro las cuentas para organizar esta u otras manifestaciones posteriores.
"Las personas a las que ayudamos aún están sufriendo. Están buscando una solución permanente a la opresión y al sufrimiento, sólo para encontrar que siguen siendo explotadas una y otra bez por corporaciones y organizaciones que no piensan en nuestros intereses y que no invierten en las comunidades a las que hacen daño", denuncian desde Sisters PGH. Por todo ello, recuerdan: "el Orgullo ha sido históricamente resistencia. Esa es la historia del Orgullo. Y nosotros estamos intentando mantener ese legado". Una decisión valiente.