Celebrar una orgía en mitad de una pandemia quizás no es buena idea. Especialmente cuando se han impuestos duras restricciones como el toque de queda, el uso de mascarilla o se han limitado las reuniones para frenar los contagios y las muertes. Así sucede en Bélgica, uno de los países de Europa con mayor incidencia del coronavius. Sin embargo, eso no impidió que el pasado viernes 27 de noviembre se celebrase una fiesta sexual a la que asistieron 25 hombres.
Lo cierto es que esto no es ninguna novedad. Durante los meses en los que llevamos conviviendo con la pandemia, las autoridades han irrumpido en fiestas clandestinas en las que no se respetaban las medidas de seguridad. Sin embargo, esta ha adquirido una especial relevancia ya que en ella participaba József Szájer, eurodiputado húngaro ultraconservador del Fidesz, del partido de Viktor Orbán, el primer ministro ultranacionalista húngaro. Junto a él, además, había varios diplomáticos.
Ante la repercusión del caso, el anfitrión del piso en el que tuvo lugar la orgía, David Manzheley, de 29 años, ha concedido varias entrevistas en la que ha explicado la dinámica de sus encuentros, los cuales organiza a través de una aplicación. "Siempre invito a mis fiestas a algunos amigos, que luego traen a otros y nos lo pasamos bien juntos. Hablamos un poco, bebemos algo, como en un café. La única diferencia es que mientras tanto también tenemos sexo unos con otros. No veo nada de malo en ello", ha declarado, apuntando, además, que generalmente hace las fiestas con cien personas.
Manzheley ha detallado que "políticos de Ucrania, Francia, Alemania, los Países Bajos, Luxemburgo, Suiza y España vienen para las orgías", aunque los más frecuentes son los polacos y húngaros. Según ha revelado, hasta nueve políticos del Fidesz de Orbán han participado en sus orgías , así como cuatro miembros del PiS de Polonia, un partido ultraconservador, que acuden varias ocasiones al año "para orgías específicas".
Sobre la participación de József Szájer, el propietario del apartamento reconoce que era la primera vez que acudía a una de sus fiestas, sobre las que reconoce que "siempre viene gente de la comunidad diplomática de diferentes países cuyos gobiernos no les permiten ser libres".
Bareback y con pruebas de coronavirus
David Manzheley ha revelado cómo se desarrollan estas fiestas sexuales, las cuales son "en formato bareback", es decir, encuentros los que no están permitidos los condones, por los que, según ha explicado, a los asistentes se les requiere la prueba del VIH para demostrar que son negativos. Además, los participantes "no pueden simplemente mirar". "Todos tienes que tener sexo", ha señalado.
El organizador, quien afirmó que ahora "todos deben presentar una declaración antes de venir de que no están infectados con el coronavirus o ya lo han tenido", admite que en los encuentros no se permite el consumo de drogas, aunque replica que si alguien las lleva al encuentro o las consume antes "no puede evitarlo". Sin embargo, cuando la policía irrumpió en la fiesta, encontraron sustancias estupefacientes. Incluso en la mochila de József Szájer hallaron una píldora de éxtasis, aunque él ha negado que fuera suya. "No tomé drogas", ha asegurado.
Fuentes policiales explicaron que llegaron en mitad de un gang bang. Esto es, cuando una única persona tiene relaciones sexuales por turnos con el resto de participantes. Ante la llegada de las autoridades, el húngaro optó por huir tratando de escapar por una cañería, pero finalmente fue atrapado, momento en el que apeló a su inmunidad parlamentaria. El escándalo se ha salado con su dimisión.
