Orange ha anunciado un plan de cierre de tiendas en toda España con el objetivo de deshacerse de sus establecimientos más pequeños por falta de rentabilidad o utilidad para su modelo de negocio. Así lo ha explicado el director general de la Unidad de Negocio Residencial en España, Diego Martínez, durante la presentación de resultados de la compañía de telecomunicaciones.
Martínez ha explicado que, como consecuencia de la pandemia, el tráfico en sus tiendas físicas ha caído un 25% respecto a los nueve primeros meses de 2019, mientras que las ventas digitales se han disparado entre un 30 y un 35% comparadas con el mismo período del año pasado.
Este hecho ha llevado a replantearse su presencia en el territorio en el futuro. La compañía está revisando el portfolio de 800 establecimientos que actualmente tiene en España, con el objetivo de clausurar aquellas más pequeñas o menos rentables. Por el momento, no ha trascendido el número de tiendas que podrían verse afectadas por esta medida, ya que dependerá de cómo evolucione la situación.
Estos pequeños establecimientos, además, no cumplen los requisitos que Orange quiere ahora para sus tiendas, que sean espacios donde se pueda ofrecer un buen servicio a sus clientes en forma, por ejemplo, de demostraciones.
Con este movimiento, Orange sigue los pasos de los grandes operadores que trabajan en España, Vodafone, que a finales de septiembre comunicó a los sindicatos, en el marco de la negociación del despido colectivo anunciado, la clausura de 34 tiendas propias en España, entre las que trabajan 237 personas.
Considera que la caída de resultados ha tocado suelo
Orange también ha explicado que la caída de ingresos que ha experimentado en los últimos tres años ha tocado por fin suelo y que llega el momento de crecer. La operadora francesa ha puesto en marcha un plan de transformación de su modelo de negocio basado en el foco al cliente, en su 'core-business' y en la simplificación de productos que la compañía considera vital para frenar la caída de ingresos en los primeros nueve meses del año.
El balance de resultado que ha presentado la compañía francesa explica que sus ventas hasta septiembre han ascendido a 3.544 millones de euros, un 4,9% menos que en el mismo período del año anterior. A pesar de ello, desde la compañía destacan el cambio de tendencia que supone el retroceso, en el sentido de que mejora ligeramente la caída del 5% registrado en el mismo período de 2020.
La firma achaca el ligero cambio de tendencia, no solo al plan de transformación, sino también a su progresiva recuperación comercial a pesar de la elevada competitividad que impera en el sector y el avance del mercado 'low cost'.
Orange ha destacado que su oferta convergente mantiene una alta penetración en su cartera de clientes de banda ancha fija, con un 86% del total, a través de sus tres marcas, Orange, Jazztel y Simyo. En fibra hasta el hogar, Orange suma 3,5 millones de clientes, un dato que representa el 86% de su cartera de banda ancha fija, con un crecimiento del 6,4% interanual.
La compañía francesa ha explicado su aumento del 5% en clientes móviles de contrato, hasta alcanzar los 14,5 millones de usuarios. En cuanto a su oferta de televisión, Orange cuenta con 693.000 clientes suscritos a este servicio, lo que representa un 17% de la base total de clientes de banda ancha fija.