El pasado martes 4 de febrero, el Gobierno aprobó en el consejo de ministros el decreto que recoge la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 950 euros. Un acuerdo pactado entre sindicatos y la patronal, a pesar de que la CEOE se mostrara reticente.
Por esta razón, Thais Villas de 'El Intermedio' decidió desplazarse, igual que ha hecho en otras ocasiones, a un barrio rico y otro obrero para descubrir qué les parecía esta subida del salario mínimo interprofesional.
Un reportaje que muestra las diferencias entre clases, la hipocresía y el egoísmo de algunas de las partes. Thais comenzaba en uno de los barrios ricos, en el que una mujer declara que le parece rotundamente mal la subida del SMI. "Hay que subir el sueldo a los empleados y, entonces, tienen que cerrar muchos sitios", declara, frente a la opinión de uno de los residentes del barrio obrero: "Está bien de entrada, pero es insuficiente".
Las opiniones del barrio rico
Los criterios de los residentes de barrios ricos son similares. Para otra joven empresaria, la medida únicamente provocará que los jóvenes empresarios tengan que marcharse a "emprender a otros lugares donde nos den más medidas". Para un empresario entrevistado, la subida del salario mínimo interprofesional no es más que "un desastre".
Eso sí, un desastre en el que no querrían verse sumidos. La joven empresaria alega que los 950 euros son más que suficientes para vivir."La compra es muy barata en España, el transporte público está tirado, la calidad de vida... puedes irte a comer a cualquier restaurante económico con un buen servicio. No veo el gran problema", declara, olvidándose de gastos esenciales como el alquiler, la luz o el agua. Quizá se podría vivir bien si tuviéramos 950 euros adicionales al mes, claro.
Además, aunque a priori indicaba que 950 euros son más que suficientes, posteriormente alega que se puede llegar a vivir bien ganando 1.200 euros: "Te apañas, para empezar". Eso sí, piensa que la gente es conformista. "Si llegas a los 50 y tienes un sueldo bajo, es porque a lo mejor no te lo has montado bien de joven y no te has esforzado los suficiente", remarca, pareciendo desconocer las diversas situaciones en las que se ven sumidas algunas familias. Desconociendo que no todas las personas tenemos las mismas oportunidades ni partimos de la misma base.
Por otra parte, la mujer que alegaba que con aquella subida tendrían que cerrar muchos sitios, declara que los 950 euros no le serían suficiente."No me da para pagar la casa y para pagar una asistenta, tendría que suprimir la asistenta". Para ella, se podría vivir decentemente con 1.500 euros, "aunque tendría a la asistenta menos tiempo".
Pero sus declaraciones no son las más sorprendentes: mientras al empresario le parecía un completo desastre esta subida de salario, aclara que si cobrara aquellos 950 euros tendría que privarse de todo. "Renunciar a todo. El esquí, el golf, el pádel...". "Con el SMI a lo mejor se puede jugar al pádel, pero poco y mal". Cuestión de prioridades.
Eso sí, cuando se le cuestiona acerca del salario mínimo con el que debería contar una persona para poder vivir, alega que "depende mucho de la situación personal de cada uno", porque mientras él considera que subir el sueldo a 950 a sus empleados, él necesita el que tiene, y aun así "no llega"."Más de 5.000 al mes", concluye.
La otra cara de la moneda
Como era de esperar, las opiniones de aquellos del barrio obrero son completamente diferentes. Consideran, generalmente, que la subida del SMI es un buen punto de partida, pero sigue siendo insuficiente. No permite que dejen de ir ahogados ni que puedan vivir tranquilamente. Se vive para trabajar.
"Nadie debería ganar menos de 1.000 euros. No para tirar el dinero, pero para vivir con dignidad", alega una de las entrevistadas, que confiesa que aunque no le sobra, se "busca la vida con lo que tiene".
Mientras que, para aquellos del barrio rico, sus salarios les permiten contratar a una asistenta, salir a comer frecuentemente, esquiar, jugar al pádel, al golf y hacer muchas más actividades; la clase obrera acude a museos "cuando es gratuito"."Mi capricho más grande es salir a desayunar con mi hija los sábados, que cuesta 2,30 euros", declara otro de los entrevistados.
Para una joven, deberíamos partir de un salario de 1.500 euros: "Para poder pagar el alquiler tranquilamente, comer, salir... No solo trabajar".