El juicio contra Ana Julia Quezada, asesina confesa del pequeño Gabriel, está dejando verdaderas perlas desde su arranque en la jornada del lunes 9 de septiembre. Cruz Morcillo, editora y columnista en ABC y frecuente colaboradora en la COPE, ha seguido el procedimiento en persona desde la Audiencia de Almería y ha relatado con pelos y señales la declaración de la presunta asesina confesa. Según sus palabras, la periodista pudo constatar que la acusada no mostró ningún señal de arrepentimiento hasta ahora.
En vista de lo acontecido y a sabiendas de la presencia in situ de la periodista, Carlos Herrera quiso tener entre sus invitados de 'Herrera en COPE' a la periodista, habitual de la cadena, para relatar a los oyentes sus primeras impresiones de las sesiones en las que Quezada estaba citada a comparecer por su implicación directa en el caso. Morcillo siguió lo acontecido desde el banquillo en la sala y aseguro que lo que más le llamó la atención de la asesina del niño fue su "alejamiento y frialdad".
Entre los titulares destacados por Morcillo tras el comienzo del proceso judicial destaca, sin duda, cada contradicción de la acusada al señalar la causa real del fallecimiento de Gabriel. "Ella siempre ha dicho que fue una muerte accidental, un homicidio, lo que casa muy mal con que quiera suicidarse o con que dejase la camiseta para que la acorralasen. Ella no se entrega, la detienen", explica Morcillo, apelando a que se debe descartar la teoría del suicidio, ya que Quezada tenía en su poder "diez o doce relajantes musculares y algunas pastillas de Diazepam".
Según la comunicadora, Ana Julia también habría mentido en retratar el comportamiento del pequeño. Quienes lo conocían siempre aseguraron que era un niño educado, mientras que según Quezada, el niño la insultaba constantemente. Un dato que no cuadra con su personalidad, al menos con la descrita por sus familiares, que por otro lado, estaban al tanto de su desaprobación como pareja sentimental de su padre.
A pesar de que la Fiscalía apunta a que la procesada llevó las herramientas a la finca de forma intencionada, el tribunal aún no ha tomado una decisión en cuanto a esta cuestión, aunque de cualquier manera, no influiría en la condena impuesta por la Audiencia Nacional. La corta edad de Gabriel Cruz es más que suficiente para aplicarle la prisión permanente revisable.
"En una de las comunicaciones ella dice que Patricia, la madre del niño, tiene deudas, que es mala persona, que tiene enemigos", relata la periodista, explicando que únicamente lo hacía con el objetivo de desviar el foco y que no la relacionaran con la muerte del niño. Fue una de las tantas incongruencias y divagaciones de la dominicana, que no solo llegó a participar activamente en la búsqueda del pequeño, sino que llegó a querer elevar la recompensa por su inverosímil aparición de 10.000 a 30.000 euros.
La "asfixia mecánica por sofocación manual" puso fin a la vida del pequeño
El triste final de Gabriel Cruz conmocionó a todo el país a comienzos de 2018. La desaparición del pequeño de ocho años dejó atónito al el conjunto de la sociedad civil del país dando lugar a la Operación Nemo para encintrarlo. La búsqueda, que duró 12 días, fue algo más que intensa. Gabriel no aparecía y las esperanzas de encontrarlo con vida eran cada vez menores. Contra todo pronóstico y después de fingir el hallazgo de una camiseta blanca del pequeño, la policía hallo finalmente en Níjar (Almería) el cadáver del joven y relacionó a Quezada con el crimen.
Gabriel permaneció en el maletero del coche de la, por aquel entonces, compañera sentimental de Ángel David Cruz desde su desaparición. Quezada confesó el crimen después de que las pruebas encontradas por las autoridades consideraran obvia e irrefutable su implicación en el terrible homicidio. Finalmente, el informe firmado por el perito médico Nicasio Marín, hecho público a lo largo del lunes 16 de septiembre, reveló que la procesada empleó "una violencia intensa y extensa". Una "asfixia mecánica por sofocación manual" fue lo que irrevocablemente acabó con la vida del niño en cuestión de segundos, después de haber entrado en coma, al menos así lo han determinado los forenses del Instituto de Medicina Legal. Una vez detenida, a Ana Julia se le acusó de asesinato, detención ilegal y de un delito contra la integridad moral.
Desde aquel 27 de febrero de 2018, el país se volcó con la familia del pequeño. Tras el inicio del juicio a principios de septiembre, el cual levantó una gran expectación en la opinión pública y los medios de comunicación, el fiscal y la acusación popular pidieron prisión permanente revisable para la acusada. Sin embargo, el veredicto final no verá la luz hasta el miércoles 18 de septiembre.