Las útlimas revelaciones sobre la Operación Kitchen suponen extender la mancha sobre gran parte de los altos cargos que conformaron la etapa del PP con Mariano Rajoy al frente y parte de su Gobierno.
La Justicia investiga en estos momentos si el partido se valió de la estructura policial creada por el comisario Villarejo para investigar y destruir toda la documentación que el extesorero Luis Bárcenas almacenaba contra el partido.
Una premisa que surgió tras el hallazgo de un pen drive en el domicilio de Villarejo donde se habla, textualmente de "un operativo policial llamado Kitchen o Cocina, el cual tendría por objeto la localización de documentos, así como el descubrimiento de actividad de interés policial-judicial, relacionada con la actividad del extesorero del PP".
1 ¿Qué ministros de Rajoy se han visto involucrados?
En este caso cobra especial relevancia el nombre de la exsecretaria general del partido y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, de quien la Fiscalía Anticorrupción destaca su "especial interés" en las revelaciones sobre Bárcenas. Y añade: interés directo (porque podrían afectarle personalmente) como indirecto (en condición de exsecretaria general y responsable de la maquinaria del partido).
Cospedal no es la única miembro del Gobierno salpicada. La situación se vuelve muy negra para el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Para ambos, Anticorrupción solicita una imputación por los presuntos delitos de prevaricación, descubrimiento y revelación de secretos y malversación.
Sobre Fernández Díaz, la Fiscalía Anticorrupción señala que los "indicios" sobre su participación en la operación Kitchen "son muy numerosos y concluyentes", dado que fue ministro del Interior durante todo el desarrollo de la trama, financiada con "fondos reservados de su departamento y bajo la supervisión directa" de su número dos, Francisco Martínez, imputado ya en esta causa.
En las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil, Martínez señala al exministro del Interior como "una de las altas personalidades del PP responsables de la operación Kitchen" y señala que mantuvo conversaciones "directamente relacionadas con la infiltración en el 'zulo'", el lugar donde se habrían ocultado los documentos.
2 ¿Y Rajoy?
El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aparece salpicado en varias ocasiones, especialmente en las conversaciones grabadas al excomisario José Villarejo. Especial peligro representa una conversación en la que el policía habla con su interlocutor sobre unas grabaciones al expresidente.
Ese interlocutor señala: "Tenemos todas las grabaciones entre Bárcenas y Rajoy hablando de toda la mierda. Las tenemos. ¿Cuánto dura la grabación?". A lo que Villarejo le explica: "Verás, si es que me ordenaron a mi y a mi gente quitarla de un agujero, de un zulo que había..." Ese 'zulo' es la operación, según las investigaciones, para robar información comprometida para el PP.
También se encarga de nombrarle el ex secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, que afirma que si fuera citado a declarar, posteriormente irían con el Jorge Fernández Díaz y "probablemente MR", en referencia a Rajoy.
Martínez, imputado en esta causa, califica como "miserables" a Mariano Rajoy, Jorge Fernández Díaz y Cospedal, a quienes achaca sus males: "Mi grandísimo error en el ministerio fue serle leal a miserables como Jorge, Rajoy o Cospedal. Y de eso, afortunadamente, tengo todo muy claro y muy fácil de probar".
El propio Martínez, que fue uno de los hombres fuertes del Gobierno y el PP durante la etapa de Rajoy, también señaló a Rajoy cuando se vio excluido de las listas electorales y le reprochó que le "dejaran tirado" tras haber evidenciado "lealtad y compromiso". Un reproche del que, por el momento, no hay constancia de una respuesta.
3 El papel de Villarejo: "Se empleó a la policía para destruir pruebas, en vez de aportarlas al juez"
Villarejo es clave en el desarrollo de esta trama. Es ampliamente conocido su sufrimiento en prisión, donde permanece desde noviembre de 2017 por liderar una organización criminal.
En una de sus conversaciones intervenidas por la Guardia Civil, Villarejo señala que no descartaba utilizar la operación Kitchen"como medida de presión o chantaje para que no me toquen los cojones".
El comisario añadió: "Desde el New York Times a donde sea, pues mira: toda la operación para que el señor tal, todos los papeles y todas las pruebas que tenía Bárcenas, finiquitado. Se empleó a la policía para destruir pruebas, en vez de aportarlas al juez".
4 Los involucrados hasta la fecha
Por el momento, la investigación mantiene como formalmente imputados al ex número dos de Jorge Fernández Díaz, Francisco Martínez, por supuestamente autorizar el pago de los fondos reservados durante la operación.
El juez considera que se utilizó la estructura de la policía para fines privados del partido, siempre actuando al margen de la ley para localizar documentos comprometidos para los populares.
Por ello se mantiene la imputación para gran parte de la cúpula policial de la época, en especial al director operativo adjunto Eugenio Pino. Junto a él, también aparecen los inspectores jefe José Ángel Fuentes Gago y Bonifacio Díaz Sevillano; además del exjefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas.
También figura como imputado el chófer de la esposa de Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva, reclutado por este operativo como confidente. Se cree que facilitó información para perpetrar el secuestro de la familia del extesorero y que por ello cobró 48.000 euros de los fondos reservados. El juez tiene indicios de que robó un documento con información sobre la financiación irregular del PP para que no llegara a los tribunales.
5 ¿Y qué sucede con el PP ahora?
Mientras todas las informaciones revelan que el Partido Popular utilizó las estructuras del Estado, valiéndose de su posición de poder, para reventar una causa judicial en su contra; el partido intenta evitar el daño que supone para su reputación.
El presidente del PP, Pablo Casado, ha salido al paso afirmando que no tenía ningún tipo de responsabilidad durante aquella etapa y ha negado que Cospedal o Fernández Díaz tengan algún tipo de influencia actualmente. A pesar de que fueron dos de los ministros que le apoyaron abiertamente durante las primarias frente a Soraya Sáenz de Santamaría.
Casado no aprecia que esta causa pueda afectar ya a la marca del PP, aunque dentro del partido surgen voces que, reiteradamente, piden una refundación del partido y seguir la vía de la antigua Convergencia, que se reconvirtió en el PDeCAT cuando los escándalos acorralaron sus sucesivos gobiernos.
Por el momento, no parece que Pablo Casado tenga esta idea en mente, aunque todo dependerá del desarrollo de las investigaciones, que llegan en un momento muy delicado para el PP: en la oposición, con una merma de representación en las instituciones, en pleno rearme ideológico y con una notable pérdida de subvenciones que limita su capacidad de actuación.