La ONG de ayuda a los animales Four Paws cerró hace unos días el catalogado como peor zoo del mundo después de que esta organización se hiciese cargo de salvar los pocos animales vivos que quedaban en el recinto.
Tan solo 15 ejemplares exactamente son los únicos supervivientes de este zoológico situado en la ciudad de Jan Yunis, en la franja de Gaza, un enclave complicado para los cuidados veterinarios de los animales. "Cuando vinimos la primera vez a este zoo, al acabar la guerra de 2014, la situación era horrible. Muchos animales habían muerto y el dueño disecó a varios, entre ellos a una tigresa: se exhibían dos tigres, uno vivo y otro a su lado muerto, disecado y colocado como adorno", relata asombrado el veterinario que dirige el rescate, según recoge EFE.
El estado en el que se encontraba el zoo fue considerado poco ético para la organización, que se lanzó al rescate de los pocos animales que habían sobrevivido a las condiones. "Aquí no había comida y tampoco buen conocimiento de cómo se han de cuidar estos animales", añade el veterinario.
Su dueño lamenta no poder seguir atendiendo el zoo
Pese a la peculiaridad de disecar a los animales, una práctica nada habitual y que ponía en riesgo la salud de los otros ejemplares vivos que convivían con los muertos, el propietario del zoo lamenta no poder hacerse cargo del zoo: "Abrí este zoo en 2006 para que los niños de Gaza tuvieran un zoo como el resto de niños del mundo. Traje unos 92 animales. Encontrar comida para los animales era difícil y me costaba cada día casi 300 dólares. Sin visitantes mantenerlo empezó a ser todavía peor. Finalmente, llegué a un acuerdo con Four Paws", cuenta Ziad Oweidha, dueño del zoo.
Para Ziad, el lugar en el que estaba dispuesto el zoo era adecuado, pero las guerras y la situación político-económica hicieron mella hasta el punto de que durante 50 días los animales no fueron alimentados apropiadamente. En cinco meses el zoo pasó de tener 55 animales a tan solo 15.
El futuro de estos animales
Ahora los animales del peor zoo del mundo acudirán a un centro de animales rescatados en Jordania, donde podrán vivir en unas condiciones más favorables. Solo uno de ellos, el tigre que ha estado encerrado durante años en una jaula, será traslado a un enclave natural de Belén, aunque seguirá en cautividad. Allí podrá disfrutar de una hectárea de césped para él solo, árboles y un lago.
Por su parte, el propietario del zoo tiene intención de visitarlos en su nuevo destino y cree que en cuanto mejore la situación de Gaza podrán volver con él, algo que por el momento no aprueba la ONG Four Paws.
