Parece increíble, pero es cierto: si no hay forcejeo físico, la justicia no habla de violación, sino de abuso sexual. Lo hemos visto claramente reflejado en el caso de 'La Manada', por el cual los cinco acusados han sido declarados culpables por abuso y no por violación (aunque la sentencia ha sido recurrida, con lo cual aún estamos a la espera de ver qué sucederá finalmente). A día de hoy, solo once países europeos hablan de la figura de la violación negligente: Islandia, Alemania, Luxemburgo, Inglaterra, Irlanda del Norte, la República de Irlanda, Gales, Escocia, Bélgica, Chipre y la recién incorporada Suecia.
La más reciente ha sido Suecia, que se ha decidido a cambiar su legislación, corrigiendo la anterior, que rezaba lo mismo que ahora mismo dicta la española, que sin fuerza física no hay violación. A partir de ahora, Suecia pasará a hablar también de la violación negligente, que implica que aunque no haya ningún tipo de forcejeo o lucha, si no hay consentimiento siempre hay violación.
De los treinta y tres países que ahora mismo forman parte de Europa, solo once reconocen que el sexo sin consentimiento es violación, y el nuestro no se encuentra entre ellos. El debate está ahora mismo sobre la mesa, sobre todo en los países del norte, y también en España, donde hemos vivido en nuestra propia piel lo que significa que haya una diferencia tan abismal entre violación y abuso sexual. Solo estos países cumplen el llamado Convenio de Estambul, que es el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
Amnistía Internacional denuncia la situación
Desde la Organización No Gubernamental Aministía Internacional, han señalado que "un número excesivo de sistemas de justicia penal también hacen recaer la carga en que las mujeres luchen en vez de hacerlo en que los autores de tales actos no violen". El hecho de que Suecia haya dado el paso de cambiar su legislación es algo que todos deberíamos tener en cuenta, puesto que según esta ONG, es el camino que se debe seguir. Cuando una mujer lucha físicamente para librarse de una violación, el resultado puede ser mucho peor para ella que si sencillamente decide esperar a que todo acabe y salir con vida, y eso es algo innegable. Son, además, muchas las mujeres que quedan en estado de shock y que ni siquiera pueden reaccionar, con lo cual no es que decidan no luchar, es que no son capaces de hacerlo.
La clave es dejar de culpabilizar a las víctimas de una violación y cambiar la justicia para que sean los violadores los que paguen por el delito que han cometido. Seguir el camino que está pautando Suecia es precisamente la solución para toda esta problemática.