"¡Descuentos increíbles!", "¡Corran, que me los quitan de las manos!", "¡A mitad de precio, señoras!". Si escuchas estas expresiones, lo mas probable es que te encuentres en cualquier mercadillo dominguero en el que poder obtener cualquier producto a un buen precio. Pero los tiempos cambian y ahora puedes encontrarte con esta estampa hasta en la universidad. Eso sí, cambiando los calabacines y las bragas de colores por másters y titulaciones.
No, no estamos de broma. En pleno escándalo sobre el fraudulento máster de Cristina Cifuentes, la Universidad Rey Juan Carlos protagonista de polémica parece tener bastante más polvo que limpiar. Para la instituación, más vale la filiación política que el esfuerzo o los méritos académicos.
"Descuento del 50% para afiliados de VOX en el Máster de Gobernanza, Marketing Político y Counicación Estratégica de la URJC". Así informaba en su web el partido ultraderechista VOX sobre el "acuerdo alcanzado" con el "Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos". Sorprendentemente (o no tanto), este instituto es el responsable de máster que tiene en jaque a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Y no solo el partido liderado por Santiago Abascal podia beneficiarse de este suclento descuento, ya que el PSOE también ofertaba este mismo máster entre sus actividades formativas "con becas que alcanzan hasta el 50% del coste de la matrícula".
El IDP, una máquina de ingresar dinero
El Instituto de Derecho Público, controlado Enrique Álvarez Conde, tutor de la dirigente del PP ensu polémico máster, ingresa miles de euros opacos a través de academias privadas externas que usan su marca para cazar alumnos, según ha publicado El Confidencial.
Parte de los fondos los obtiene con los másteres, cursos de especialista, seminarios y conferencias que organiza directamente. La otra gran fuente de ingresos del IDP son los acuerdos comerciales que sella con entidades externas, en su mayoría, academias privadas que le pagan un canon por usar su marca y la de la URJC en los títulos propios que ofertan. A cambio de ceder su imagen, el IDP se lleva hasta un 40% del precio de matriculación de esos cursos ajenos a la universidad.