La situación laboral en nuestro país sigue sin ser buena. Pese a que nos hemos recuperado, en cierta medida, de la crisis que vivimos hace unos años, continuamos teniendo una tasa de paro demasiado elevada. En verano da la sensación de que esto mejora ligeramente, puesto que el aumento del turismo hace que la hostelería necesite nuevos trabajadores y, por tanto, se crean puestos de trabajo temporales. Pero pese a que hay más puestos de trabajo, la precaeriedad laboral sigue siendo una realidad alarmante. Así lo ha demostrado un joven en Twitter, que ha mostrado las condiciones que le ofrecían por un puesto de camarero.
El pantallazo de la conversación ha sido difundido por la cuenta @soycamarero, que no forma parte de la situación sino que únicamente se ha ocupado de hacer ver cómo funciona ahora mismo el mescado laboral en España. En esta conversación se puede ver cómo el dueño del bar le pregunta a la persona interesada si contiúa estándolo; al responder esta que sí, pasa a comentarle las concidiciones. Y es precisamente esto lo que ha indignado a los usuarios de la red social.
Esta oferta de trabajo me recuerda a antonio recio... Media jornada 12 horas al día, increible la realidad a veces supera la ficción. pic.twitter.com/ka0YP6BcVT
— Soy Camarero (@soycamarero) 11 de julio de 2018
El turno, según le comenta el dueño, es de turno partido de siete de la mañana a cinco de la tarde, y posteriormente de nueve de la noche a cierre, librando únicamente un día. El cierre habitual de estos establecimientos suele ser sobre las dos de la madrugada, como bien le contesta la persona interesada, con lo cual estaríamos hablando de una jornada laboral de quince horas al día por ochocientos euros mensuales; no solo es una miseria, sino que además es completamente ilegal que la jornada diaria sea de quince horas.
Esto no es lo único ilegal que encontramos en la oferta en sí, sino también el hecho de que el camarero o la camarera se vea obligado a cerrar a las dos y a estar abriendo el establecimiento a las siete de la mañana; no dispone de descanso suficiente entre turnos, y ni siquiera puede dormir el tiempo mínimo recomendado para la salud.
Unas condiciones vergonzosas
Lo positivo de todo el asunto es que la persona rechazó el puesto de trabajo y, además, se encargó de difundir la oferta, con lo cual visibiliza una situación que muchos jóvenes (y no tan jóvenes) ya conocen de primera mano. La precariedad laboral empuja a muchas personas a aceptar ofertas de trabajo así, que ni son dignas ni saludables, y acaban afectando a la estabilidad mental y física de la persona en cuestión.