La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se ha pronunciado sobre una de las bebidas más consumidas en nuestro país, la cerveza con limón. Se constituye como una alternativa a la tradicional cerveza, combinada con refresco para aligerar el contenido alcohólico, sin embargo, el organismo de consumo destaca que esta bebida puede inducir a error.
La imagen que transmite a los consumidores esta bebida, conocida como 'clara', no se limita únicamente a su sabor ligero o refrescante. La cerveza con limón también puede hacer pensar en una bebida con menor graduación y, de esta manera, más saludable y responsable.
El limón se asocia tradicionalmente con la vitamina C, la desintoxicación y las dietas saludables. La incorporación de cítricos a las bebidas alcohólicas no solo añade frescura, sino que también remite a la idea de un mayor valor nutricional o menor daño para el organismo.
La realidad de las cervezas
Sin embargo, hay detalles a tener en cuenta sobre estas cervezas con limón. En primer lugar, la OCU explica que, a pesar de tener menos alcohol, las cervezas con limón destacan por la adición de azúcares con el objetivo de simular el sabor del limón.
Por este motivo, su consumo implica un mayor contenido calórico. El azúcar, al igual que el alcohol, implica una gran cantidad de calorías. Ambas, en combinación, pueden ser letales para el organismo, muy superiores que en el caso de una cerveza clásica. Hay que tener en cuenta que, en realidad, el sabor no se obtiene del limón, sino que es una combinación industrial de azúcares y aromas adicionales.
En el caso de las cervezas de baja graduación alcohólica, las tipo 'Radler' con alcohol, pueden contener hasta un 12% más de calorías que una cerveza regular. A la larga y con un consumo de largo plazo, pueden derivar en problemas para mantener a raya el peso para los consumidores.