Ha acabado la Navidad y con ello se apagan todas las luces y árboles que engalanaban las calles de España. El último gran acontecimiento de las fiestas fue la llegada de los Reyes Magos, quienes tras un largo viaje desde Oriente (o desde Andalucía), se pasaron por la Cabalgata de Madrid creando gran expectación especialmente por las vestimentas de Melchor, Gaspar y Baltasar tras los polémicos trajes del año anterior.
Pese a que muchos quisieron ver fantasmas donde no los hubo e incluso invocaron a Colón donde en realidad estaba Copérnico, la celebración se llevó a cabo con mucha ilusión y caramelos despertando las sonrisas de los más pequeños. La comitiva real fue recibida por Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, en el Palacio de Cibeles, donde dio un pequño discurso pidiendo a los Magos que no se olvidaran de ningún niño madrileño:
Os quiero pedir, que Madrid es muy grande, hay muchas calles. Que no se os olvide ningún niño ni niña. Os tengo que decir que los niños de Madrid son muy listos. Y si no ven ningún regalo, nos lo van a contar en el Ayuntamiento. Confío en que no dejéis a nadie
Nadie es perfecto y hasta los Reyes tienen errores. Tras tantos kilómetros sobre sus camellos, Melchor, Gaspar y Baltasar volvieron a sus reinos dejando a ocho niños sin regalos. Este olvido tenía que subsanarse y la alcaldesa se ha encargado de ello. Ya lo avisó el pasado 5 de enero: "Y si algún niño se levanta sin juguetes por la mañana, que llame al Ayuntamiento, que eso no puede ser".
Alcaldesa y paje real
Dicho y hecho. Tal y como recoge El Mundo, ocho niños madrileños se pusieron en contacto con el Ayuntamiento a través del teléfono 010 para informar que sus Majestades de Oriente no habían dejado nada en sus hogares. El Consistorio, entonces, se puso manos a la obra para subsanar el descuido del trío mágico.
Una de las llamadas la hizo una madre de orígen paquistaní con cinco hijos después de que no recibieran ningún regalo. Otra llamada llegó desde Vallecas de parte de un niño de siete años que en la mañana del 6 de enero encontró el árbol vacío. La última la realizó una abuela para advertir de que sus dos nietos de padres divorciados y en paro también habían sido víctimas del despiste de los Reyes Magos.
Advertidos del fallo logístico, Melchor y compañía regresaron al Palacio de Cibeles para dejar allí los presentes de los tres hogaron que, aunque con un poquito de retraso, reibirán. Así, Carmena los ha entregado en su nombre los peluches, camiones, juegos educativos y libros que habían quedado sin repartir.